viernes, 9 de mayo de 2014

LA VIOLACIÓN DE LUCRECIA

Se está volviendo muy habitual encontrar el nombre de Miguel del Arco en la cartelera de teatros de Madrid. Empezó con el proyecto Youkali y La función por hacer. Ahora son muchos los escenarios que cuentan con este director,  incluso diferentes obras suyas se representan al mismo tiempo en distintas salas.

Hace años escuchamos hablar de esta sorprendente obra. Sorprendente porque es de Shakespeare aunque nunca la había oído nombrar antes, también porque era un monólogo con Nuria Espert y sin embargo su director era un joven casi desconocido. Las entradas se acabaron de manera fulminante incluso para mí, una experimentada buscadora de butacas. Su reposición era una ocasión única, lo que también era único es el precio de la localidad, 28 eurazos. Como se nota que la crisis y la falta de subvenciones está apretando y ahogando a muchos.


La historia de Lucrecia es la historia del fin de los Tarquino en Roma y el comienzo de su república. Lucrecia es la mujer de Colatino, gran amigo de Tarquino, el sucesor al trono de Roma. Colatino no para de hablar de las bondades de su mujer, su belleza, su dulzura, sus atributos... Tarquino desea a esa mujer a la cree merecerse más que su amigo, que considera inferior. 

Muerto de envidia Tarquino se dirige a la casa de la pareja y aprovechando que éste no está, recibe todos los agasajos de su mujer. Cuando se dispone a cometer la vejación, Tarquino se plantea si debe de sucumbir a sus más infames deseos por un rato de placer, sabiendo que esta acción manchará el nombre de la familia hasta la eternidad. Pero dicho pensamiento no consigue apartarle del fin que él persigue: abusar de la mujer de su amigo. Durante la noche aprovecha la confianza que han puesto en él para entrar en el dormitorio de la mujer y abusar de ella.
Tarquino saldrá de la casa a la mañana siguiente arrepentido pero sabiendo que no puede dar marcha atrás al delito cometido.


Lucrecia se muere de vergüenza, dolor y rabia. Sabe que su honor está perdido y que la única solución que le espera es la muerte. Pero no está dispuesta a dejar que los fuertes, los que ostentan el poder se salgan con la suya. Decide escribir una carta apremiando a Colatino a que vuelva a la casa. Una vez allí y entre gritos y sollozos Lucrecia explica a Colatino lo ocurrido. Tan pronto ésta acaba, clava un puñal en su corazón y acaba con su vida. 

Colatino tomará el cuerpo de su mujer y lo llevará ante el gobierno de Roma para que todos conozcan lo que el heredero al trono le hizo a su mujer, para que todos conozcan qué tipo de rey les espera. Finalmente los Tarquino serán desterrados para siempre de la ciudad.


La historia nos cuenta unos acontecimientos supuestamente reales que recogen un hecho que se repite a lo largo de la historia del hombre: los poderosos abusan de los débiles, ya que se creen por encima de la ley. Pero en este caso la historia acaba mal para los que intentan aprovecharse de su posición.

Nuria Espert es una gran actriz y llena cualquier papel que representa. Su capacidad de llevarnos hasta el encuentro con sus personajes es deslumbrante. Pero quizá en esta obra habría quedado mejor algo más de furia, de energía y pasión. Pero está claro que Lucrecia no es Helena de Troya.

Nuria Espert a veces se acelera o habla en susurros que hacen más difícil comprender bien cada párrafo. Aunque la obra no está en verso, el texto era a veces complicado de seguir, más aún con esas pequeñas dificultades.


El escenario, sencillo, suficiente para la historia que ibamos a conocer. Una cama con dosel era el centro de la interpretación, también el centro del pecado y del desenlace.

Para finalizar, un gran aplauso recibió a Nuria Espert. Tan grande que toda la grada se levantó para festejar este éxito. Da pena ver como muchas veces los agasajos no se dan a la actuación y sí al personaje. Hay muchas grandes obras de teatro que cada día reciben menos público por falta de propaganda o por no tener en su cartelera actores famosos. Debería de estar mejor repartido.