lunes, 1 de diciembre de 2014

EL ZOO DE CRISTAL








Una vez más y ya perdí la cuenta de la cantidad de obras de autores americanos del siglo XX que he visto en estos últimos tiempos. Precisamente si algo les califica es la triste sensación que nos deja cada una de sus representaciones.

Hoy veríamos un texto de Tennessee Williams, el autor del "tranvía llamado Deseo" o del “gato sobre el tejado de cinz caliente". Sólo con el título ya estamos deseando conocer qué se esconde detrás de ese juego de palabras atractivo y enigmático a la vez. Para colmo el título suele describir algo tanto real como figurado, ambos se van a dar en la obra.
El zoo de cristal es la historia de una pequeña y frágil familia que vive una relación enfermiza y condenada al sufrimiento. Amanda es una mujer de unos 50 años que tiene dos hijos, Tom y Laura. Amanda pertenecía a una rica familia sureña, vivió su juventud en la opulencia, y era pretendida por los hijos de todos los terratenientes de la zona. Sin embargo fue a casarse con un guapo chico de sonrisa conquistadora y poco dinero. Un día éste abandonó a su familia y desde entonces madre e hijos malviven con lo que Tom gana como empleado en una zapatería. Pero Tom aspira a ser un gran escritor y siente que su familia es un lastre que le aleja de conseguir el sueño que tanto añora. Laura, la chica, ha vivido toda su vida acomplejada por un problema de cojera. Éste le ha impedido conseguir labrarse un futuro y vive escondida bajo las faldas de su madre. Su único interés es tallar en cristal figuritas de de animales para su zoo. La mayor preocupación de Amanda es que su hija encuentre un marido, pero la timidez de ésta le quita la más mínima esperanza.

El retrato del marido fugado preside el salón como recuerdo de todas las desgracias, sueños y momentos irrepetibles de la familia. Mientras que Amanda aprovecha cualquier oportunidad para hablar de los diecisiete pretendientes que tuvo y de lamentarse por haber ido a elegir al peor, su hijo Tom espera el momento de huir como hizo su padre. Mientras que éste llega, Tom pasa las noches en el cine soñando con otras vidas, y en los bares, olvidando la realidad.


Por fin Tom traza un plan para cambiar su vida pero su madre le descubre. Tras una discusión entre ambos, Amanda le pide que no les abandone mientras que no encuentren un marido para Laura.

Unos días después Tom invitará a un compañero de trabajo a cenar a casa, con la intención de calmar a su madre, aunque sabe que es muy difícil que Jim, que es como se llama su colega en la zapatería, quiera tener alguna relación con su hermana. El mismo Tom ve a su hermana Laura como un ser extraño e inadaptado.


El gran día de la cena llega y Amanda lo preparará todo para conseguir que Jim pase a formar parte de su familia. Pero la puesta en escena no sólo afecta a la potencial prometida, Laura. Amanda querrá ser también el objeto de deseo y sacará sus vestidos de juventud, e intentará cautivar al joven con su conversación como si fuera en busca del pretendiente decimoctavo. Mientras tanto Laura se esconde al descubrir que el chico que les visita fue aquel del que ella estaba enamorada durante el instituto.

Un inesperado corte de luz, debido a que Tom se gastó el dinero destinado al pago de los recibos en sus menesteres, hace que la velada tenga que continuar a la luz de las velas. Tras la cena Jim se acercará a Laura con el fin de ser agradable pero ésta le rehúye porque su timidez la paraliza y bloquea. Por fin Laura se atreve a lanzarle una pregunta que desvela que ellos se conocían de antes. Una vez localizada en su memoria el recuerdo de Laura, Jim con su estupenda verborrea consigue transmitir a Laura la confianza que ella nunca ha tenido. Le dice que en el instituto no se fijó en que ella cojeara, que la encuentra una chica encantadora y muy especial, la hace bailar… y lo peor de todo es que permite que Laura sueñe con una oportunidad de ser feliz. Laura incluso comparte con él su colección del zoo de cristal y Jim admira el trabajo que ella ha hecho. Pero durante el baile la mejor pieza, el unicornio, sufre un accidente y pierde su cuerno que le hace tan especial y diferente. Ahora ese ser único ha pasado a ser como cualquiera de los otros caballos, uno más, debido a la intervención de Jim.



Ambos jóvenes disfrutan de la compañía mutua, Jim está encantado con la sencillez de Laura y la admiración que ésta le profesa y movido por un impulso la besa. Y como un encantamiento que llega a su fin, Jim se arrepiente de lo que ha hecho y desvela que está prometido con otra chica. Pide disculpas sinceras a la joven, confiesa que desconocía el fin por el que había sido invitado y huye de la casa como alma que lleva el diablo.

El sueño casi cumplido se ha roto en mil pedazos. La decepción es aún mayor para la madre que para la hija. El desconsuelo y la furia se mezclan en Amanda que arremete contra su hijo por haber traído a un chico prometido con otra mujer. A esto se une el desembolso que han tenido que hacer para agasajar al joven. Tom no soporta más la situación y sale de la casa para no volver nunca más. Su rumbo será el mismo que siguió su padre, marcharse sin mirar atrás, olvidar todo lo que deja.


Tom nos cuenta que al dejar la casa vio el rostro de su hermana alumbrado por las velas. En su huída de la vida pasada recorrió ciudades, puertos y mundos, pero por mucho que se alejara el rostro de su hermana siempre le persiguió. Laura le impidió asentarse en un nuevo lugar porque estaba en todos los sitios a los que llegaba y nunca más fue capaz de separarse de ella.

La historia es triste como la vida misma. Las obsesiones, los miedos, los arrepentimientos, son los que nos paralizan, nos encierran en nuestra jaula sin rejas de la que no sabemos salir. El zoo de seres frágiles que con el más mínimo soplido se rompe en pedazos.

Volviendo a temas más banales, la representación está bastante bien llevada. Los actores desempeñan muy bien su papel, sin llegar en ningún caso a ser sobresaliente. El escenario es sólo uno, el salón de la casa donde se desarrollan todas las escenas.

Por último sólo comentar un tema menor que me resultó bastante chocante. Los sonidos “enlatados” (máquina de escribir, llaves, puerta) sonaban muy artificiales, incluso costaba reconocer de qué se trataban. Creo mejor poner estos sonidos naturales aunque se escuchen muy bajos. Al menos no se notará tanta diferencia entre éstos y la voz de los actores.

domingo, 19 de octubre de 2014

LA DISCRETA ENAMORADA

"Donde fueres, haz lo que vieres", así que en Almagro se va al teatro. La variedad aquí es mucho menos de lo que estamos acostumbrados, y eso teniendo en cuenta que Almagro cuenta con uno de los más importantes festivales de teatro, conserva en activo uno de los últimos corrales de comedias, y entre sus tesoros tiene el museo nacional del teatro. Pero las compañías aquí son pocas y los días que se puede disfrutar de una misma representación, muy escasos. 



 Hoy era el gran Lope de Vega el que amenizaba la noche con La Discreta Enamorada. Según me ilustró Isma, discreta se refiere a inteligente, no al hecho de pasar desapercibido. 
La joven Fenisa está enamorada en secreto del galán Lucindo, pero éste sólo tiene ojos para la desvergonzada Gerarda. Loca de amor, la joven deja caer un pañuelo al pasar frente al caballero para forzar la conversación con él. Ésta será la primera argucia de muchas que Fenisa irá hilando para enmarañar a todos los personajes y jugar con ellos hasta ver cumplido su objetivo: casarse con Lucindo.

Así, cuando Bernardo, padre de Lucindo, pide la mano de Fenisa, ésta acepta segura de que en el plazo de tiempo hasta la boda conseguirá que su amor caiga rendido a sus pies. Con el mejor estilo de Lope, y con Fenisa como gran maestra de ceremonias, la historia está montada. Fenisa confiesa a su supuesto prometido que su hijo la agasaja continuamente, con el fin de que este mensaje llegue al hijo y empiece a interesarse por ella. Éste, que parece no ser muy espabilado, capta el recado con la ayuda de su lacayo que le hace entrever que la chica le quiere. 



Una vez sembrada la duda, conseguida la atención, ella confesará su amor al joven. Pero este muere de celos por la que fue su amada, Gerarda. Siguiendo éste nuevamente los consejos de su fiel criado, descubre que son sólo celos lo que siente por ella, ya que ésta le engaña con otro pero sólo con el fin de provocarle. Tan pronto como Gerarda vuelve con Lucindo el amor se desinfla, desaparece. Para desvelar tales sentimientos idearon una terrible argucia: el criado se vistió de mujer y se hizo pasar por una tal Eugenia para pone celosa a Gerarda, y así la supuesta Eugenia pasará a ser un personaje más del enredo.
Por otro lado la relación entre padre e hijo empeora cuando el primero ve cómo el interés de su hijo va aumentando por su prometida. Para evitar problemas, Fenisa inventa que Lucindo va detrás de su madre, cosa que encanta al viejo Bernardo que interpreta que el amor no tiene edad y le hace rejuvenecer. Tras muchos otros enredos, la historia tiene que acabar como viene siendo normal: ambos hombres son llamados de noche a compartir alcoba con la mujer que quieren y así Lucindo y Fenisa sellarán su amor. En otra habitación el viejo y engañado Bernardo se verá irremediablemente unido y prometido a la madre de Fenisa.



Las historias de Lope suelen acabar siempre bien para todos los personajes. Los protagonistas consiguen el amor, sus acompañantes encuentran una "solución" que les place, los malos acaban convirtiéndose o son condenados, todo transmite felicidad. 

La obra habla sobre la capacidad de una mujer para tomar las riendas de su vida, que tanto gusta a Lope. Sin ser un gran elenco de actores (estoy comparándoles con la CNTC) consiguen dar un sello particular a su obra, sus personajes son divertidos, exagerados y cómicos, dentro de lo que corresponde. 

Es estupendo ver este tipo de representaciones por los pueblos de nuestra geografía, haciendo un gran esfuerzo por llegar a todo el público. 


domingo, 12 de octubre de 2014

LLUVIA CONSTANTE

El corazón en un puño. Éste es el estado en el que a una se le queda dicho órgano tras ver esta obra. No hay otra posibilidad y si así fuera es que se es de hielo. Todo lo que pasa esta noche colabora para que éste sea el resultado. Me encanta descubrir, además, que un joven autor casi desconocido consigue provocar un efecto tan sorprendente en una sala llena de público. No siempre tenemos que recurrir a escritores consagrados o clásicos para que nos ericen la piel con una obra.

La historia es tan dura como la vida misma, aunque por suerte muchos estamos a salvo de este tipo de vidas. Rodo y Dani son amigos de toda la vida. Desde pequeños cada uno ha cuidado del otro a su manera y ese cariño es ahora parte de su fuerza pero también de su condena. Además son compañeros en el coche policía  que patrullan. Pero sus vidas han tomado diferentes derroteros. Mientras que Dani está felizmente casado y tiene dos hijos, Rodo vive sólo y hunde sus penas en alcohol hasta el punto de tener un grave problema con la bebida. La amistad lleva a Dani a no darse por vencido y día tras día convence a Rodo para que vaya a dormir a su casa y así no dejarle solo. Dani quiere transmitir a su amigo lo afortunado que es de tener una familia y pretende que éste tome su mismo camino.
La situación de ambos en el trabajo no es precisamente buena y es que Dani es un bocazas y ha conseguido que el comisario no soporte a la pareja y por tanto les tenga relegados al puesto más bajo sin posibilidad de ascenso.

Dani y Rodo se presentan ante nosotros, su público, nos saludan y vienen dispuestos a contarnos la historia ocurrida durante las últimas semanas que les ha cambiado la vida. Nos exponen los hechos, se corrigen, discuten sobre lo que cada uno entiende que realmente ocurrió, esconden datos que les ponen en evidencia, farfullan, se encaran, pero sobre todo prevalece la irrompible amistad que les une. Estos son los hechos que vienen a contarnos.

Dani, en su afán por salvar a su compañero, invita cada noche a alguna amiga con la esperanza de que el encuentro acabe en boda. Pero las amigas que trae suelen ser prostitutas, mujeres que conoce de patrullar en la calle. Dani les tiene un tremendo respeto e intenta echarles una mano cada vez que puede. Pero Rodo no tiene en mente rehacer su vida con una mujer de la calle. El problema es que Dani no acepta un no por respuesta a un plan que él tenía tan bien trazado. Una noche, tras la desastrosa cena, Dani tiene que llevar a la chica a su casa porque Rodo bebió demasiado para coger el coche. Después de que Dani pase por la habitación de la prostituta y sea recompensado por sus intentos de mejorarle la vida, vuelve a su casa con su familia. Pero en el camino se encuentra con el proxeneta de la chica que le da una paliza por meterse en su territorio. La lucha entre los dos hace que ambos salgan heridos y guarden su rencor hasta el siguiente encuentro. De vuelta a casa Dani se dirigirá a su mujer con gritos como única forma de liberarse de toda la furia que guarda contra su amigo, contra la puta con la que se ha acostado y contra el proxeneta que le dio la paliza. Dani está herido por dentro y por fuera, siente dolor y rabia y una furia que le hace experimentar cierto placer en las heridas que sufre, como condena por todo lo que ha hecho.


Días después, estando ambos policías en el salón de la casa, reciben varios disparos en las ventanas de la habitación. El resultado es fatídico: los cristales caen sobre la familia y uno de ellos hiere gravemente al hijo de dos años. Aquí las versiones son distintas, mientras que Rodo entiende los nervios que sufre la madre, para Dani su mujer estaba histérica y acaba abofeteándola. Aunque piensan que lo mejor es esperar a que una ambulancia recoja al pequeño, Dani decide llevarlo en el coche de policía, lo que le acaba provocando lesiones mayores y que llegue a entrar en estado crítico.

A partir de aquí Dani no vuelve a recuperar la cordura, y sus días y sus noches se convierten en una obsesión por encontrar al que ha estado a punto de acabar con su hijo. Sus métodos policiales no estaban excesivamente dentro de la ley y esto unido a su locura temporal hacen de él un ser enajenado. Deja de realizar su trabajo, persigue todo coche similar al que conducía el que tiroteó su casa, provoca accidentes y muertes, mata al hermano menor del proxeneta que le dio una paliza. Un error tras otro llevan a Dani a continuas investigaciones, a encerrarse más en su misión a buscar como un depredador su presa. Y Rodo, como fiel compañero, es arrastrado con él.


Dani siempre quiso hacer de sus hijos seres fuertes, les adora pero no les permite la más mínima muestra de flaqueza, quiere convertirse en su ídolo y su protector pero con cada acción más se aleja de ellos. Sin embargo, Rodo, el ser perdido y condenado encuentra en la familia de Dani un motivo para luchar, para superarse y ser mejor. Y la mujer de Dani que tanto le quiso ya sólo ve en su marido un ser egoísta y mentiroso que no sabe cuidar de su familia, y en Rodo encuentra la protección y compresión que había perdido.

Cuando por fin Dani tiene al proxeneta a tiro, elige matarle aún sabiendo que esto le separará para siempre de su familia. No es capaz de luchar contra ese destino, el que se ha buscado. Su motivo de vivir es su familia, pero también su condena, ya que él acabará con cualquiera que les haga daño.
En un último encuentro, Dani entiende que perdió su lugar en la vida y que ahora lo ocupa su amigo. Tranquilo por haber conseguido todos sus propósitos, se despide de su amigo y acaba con su vida.
Ahora Rodo también es capaz de comprender porqué a su amigo no le esperaba otro destino que acabar con el que hirió a su hijo. Ahora él tiene una familia y haría lo mismo que hizo su amigo.

Esta historia que así contada parece bastante dura, puede convertirse en un relato más de policías o llegar a ser una de las piezas mejor llevadas de la cartelera de los últimos años. Y como se puede deducir de la crítica, el resultado es la segunda opción. Si el texto es bueno, los actores consiguen darle una vida y una credibilidad excelentes.

La obra nos habla de las vidas condenadas, de la incapacidad de salirse del papel que nos toca vivir. Los personajes arrastran toda la basura que ven en la calles y son incapaces de separar sus vidas personales de estas visiones.

A partir de dos únicos actores, vivimos toda una historia llena de personajes, de momentos difíciles, tensión y frustración. Con un escenario casi vacío, les acompañamos a todos los lugares que recorren en estas últimas semanas. Nos prestamos a su diálogo y a su juego, no somos capaces de juzgar a unos personajes que viven situaciones tan difíciles. Y cuando la obra se acaba, nos sentimos tan tristes como si un amigo hubiera muerto y no hemos sido capaces de ayudarle a salir. Creo que los actores también acaban con esta sensación de llevarse algo del personaje con ellos de vuelta a casa.



domingo, 7 de septiembre de 2014

LARGO VIAJE DEL DÍA HACIA LA NOCHE

Estamos ante la obra cumbre de Eugène O'neill, ese autor que nos hizo sentirnos en la entrada de la caravana en Una luna para los desdichados. Si aquel día este hombre consiguió encogernos el corazón y hacer que los sueños de sus personajes fueran los nuestros, hoy el resultado podría ser muy superior, al tratarse de su texto de más renombre.
No siendo bastante con esto, los protagonistas son Mario Gas y Vicky Peña, la estupenda pareja del teatro. Como vuelta al mundillo de la farándula no está nada mal.

La obra se desarrolla en un solo día, durante las horas que avanzan hacia la noche.
El matrimonio Tyrone charla en el salón de casa durante los primeros momentos de la mañana. Sus palabras y gestos muestran el gran cariño que se tienen todos los miembros de la familia. Sin embargo, poco después del comienzo asistiremos a discusiones entre algunos de ellos que tienen lugar a escondidas del resto. Tan pronto como la madre se retira, el padre discute con los hijos por los comentarios que éstos han hecho relativos a la enfermedad de Edmund, el hijo menor. Éste parece haber contraído la tuberculosis, en caso de confirmarse quieren ocultárselo a la madre debido al delicado estado de salud de ésta.

Poco a poco vamos averiguando más de esta cándida familia que con cada conversación muestra todo lo que realmente esconde. Así sabremos que Jamie, el hijo mayor, es un borracho vividor y despreocupado, que no tiene oficio y se dedica a sacarle unos cuartos al padre y gastarlos en whisky. Edmund, el hijo menor que se encuentra enfermo, es un poeta macabro que ha trabajado para conocer el coste de la vida, pero parece haber caído en desgracia por la enfermedad. Mary es la madre de ambos que acaba de salir de un sanatorio donde están tratando su adicción a la morfina. James es el marido de Mary y padre de Jamie y Edmund, un actor que ha conseguido enriquecerse con su trabajo, un ser tacaño que durante toda su vida ha antepuesto su dinero y su futuro al de toda su familia, y en cierto modo es causante de todas las desgracias, aunque lo niegue. Pero aquí todos son culpables de sus fracasos y sin embargo ninguno acepta su responsabilidad, sólo sabe señalar al resto.

En los momentos de tanto dolor se dicen cosas que quizá no se sientan, o quizá es al revés y se dice lo que se siente pero siempre se ha intentado negar.


Mary se arrepiente de haber acompañado a su marido en las giras por hoteles de mala muerte, en especial cuando dejó a sus hijos con los abuelos y Jamie, el hijo mayor, acabó con la vida del pequeño Eugène. Ella juró que no tendría más hijos pero cedió ante su marido y nació Edmund. Tras dar a luz al hijo menor sufrió fuertes dolores, y James la llevó a un matasanos de dudosa fama, para no gastar mucho, que como única solución le recetó morfina para soportar el sufrimiento. Desde entonces y a pesar de haber recorrido muchos sanatorios,  Mary no ha vuelto a ser la misma, no puede prescindir de la droga y cada vez necesita dosis mayores. Ante cualquier contratiempo opta por el camino más fácil para olvidar. Tanto olvida que con la morfina sólo recuerda sus días en el convento cuando iba para monja y sus clases de piano. Cuando la receta le ha sido negada ha intentado suicidarse, pasando sus historias a formar parte de las habladurías del pueblo.


Jamie es un fracasado que ha intentado arrastrar con él a su hermano menor. Le quiere y odia a partes iguales porque le admira pero también le muestra continuamente que no ha sabido hacer nada con su vida. En secreto también desea que su madre no se cure de la adicción y así no ser el único desecho de la familia. Las discusiones con su padre son continuas, ya que éste le recuerda a cada momento que es un parásito.

Edmund respeta a su padre a pesar de saber que éste es culpable de sus desgracias y sus decisiones le pueden costar la vida. Su enfermedad se ha agravado por no ser tratada a tiempo y su padre prefiere llevarle a un sanatorio público para reducir los gastos, pero todos saben que así las posibilidades de superar la enfermedad disminuyen.

James trabajó muy duro desde pequeño, cada dolar que ganó fue con el sudor de su frente y no está dispuesto a perder ahora lo conseguido. En cada decisión que toma se esconde detrás su tacañería, que justifica diciendo que no quiere acabar en un asilo. Pero el dinero que ahorra lo gasta en alcohol o lo invierte en negocios que cada vez le lucran más y le separan más de los suyos.


El día que acompañamos a la familia Tyrone es aquel en que conocen que Edmund padece tuberculosis. Su madre es incapaz de afrontar la realidad y la niega, escondiéndola tras sus dosis de morfina para olvidar. Jamie gastará los pocos dólares que ha conseguido entre alcohol y putas. Y su padre, incapaz de ver más allá de él mismo, justifica la elección del sanatorio público a la vez que discute con Edmund por no apagar las luces de la casa.
Todos huyen para evitar dar la cara y enfrentarse a la realidad, son seres tremendamente infelices.

El relato cuenta la vida de una familia americana de clase media-alta a principios del siglo XX, estando basada en la vida de su autor. Parece que en los Estados Unidos no gustó que se retratara a una familia bien, rodeada de problemas tan reales como el alcoholismo o la adicción a las drogas, además del egoísmo y la ruptura de la familia.

Los actores hacen grandes interpretaciones de sus personajes pero algo no cuaja del todo, sobre todo si se compara con las representaciones de otras obras del autor. La falta de genialidad de la representación debe de estar en la dirección, ya que tratándose de O'neill no debe de ser un problema del texto. En cualquier caso se disfruta de buen teatro y grandes actores. Aunque también se echa de menos algo más animado.





viernes, 9 de mayo de 2014

LA VIOLACIÓN DE LUCRECIA

Se está volviendo muy habitual encontrar el nombre de Miguel del Arco en la cartelera de teatros de Madrid. Empezó con el proyecto Youkali y La función por hacer. Ahora son muchos los escenarios que cuentan con este director,  incluso diferentes obras suyas se representan al mismo tiempo en distintas salas.

Hace años escuchamos hablar de esta sorprendente obra. Sorprendente porque es de Shakespeare aunque nunca la había oído nombrar antes, también porque era un monólogo con Nuria Espert y sin embargo su director era un joven casi desconocido. Las entradas se acabaron de manera fulminante incluso para mí, una experimentada buscadora de butacas. Su reposición era una ocasión única, lo que también era único es el precio de la localidad, 28 eurazos. Como se nota que la crisis y la falta de subvenciones está apretando y ahogando a muchos.


La historia de Lucrecia es la historia del fin de los Tarquino en Roma y el comienzo de su república. Lucrecia es la mujer de Colatino, gran amigo de Tarquino, el sucesor al trono de Roma. Colatino no para de hablar de las bondades de su mujer, su belleza, su dulzura, sus atributos... Tarquino desea a esa mujer a la cree merecerse más que su amigo, que considera inferior. 

Muerto de envidia Tarquino se dirige a la casa de la pareja y aprovechando que éste no está, recibe todos los agasajos de su mujer. Cuando se dispone a cometer la vejación, Tarquino se plantea si debe de sucumbir a sus más infames deseos por un rato de placer, sabiendo que esta acción manchará el nombre de la familia hasta la eternidad. Pero dicho pensamiento no consigue apartarle del fin que él persigue: abusar de la mujer de su amigo. Durante la noche aprovecha la confianza que han puesto en él para entrar en el dormitorio de la mujer y abusar de ella.
Tarquino saldrá de la casa a la mañana siguiente arrepentido pero sabiendo que no puede dar marcha atrás al delito cometido.


Lucrecia se muere de vergüenza, dolor y rabia. Sabe que su honor está perdido y que la única solución que le espera es la muerte. Pero no está dispuesta a dejar que los fuertes, los que ostentan el poder se salgan con la suya. Decide escribir una carta apremiando a Colatino a que vuelva a la casa. Una vez allí y entre gritos y sollozos Lucrecia explica a Colatino lo ocurrido. Tan pronto ésta acaba, clava un puñal en su corazón y acaba con su vida. 

Colatino tomará el cuerpo de su mujer y lo llevará ante el gobierno de Roma para que todos conozcan lo que el heredero al trono le hizo a su mujer, para que todos conozcan qué tipo de rey les espera. Finalmente los Tarquino serán desterrados para siempre de la ciudad.


La historia nos cuenta unos acontecimientos supuestamente reales que recogen un hecho que se repite a lo largo de la historia del hombre: los poderosos abusan de los débiles, ya que se creen por encima de la ley. Pero en este caso la historia acaba mal para los que intentan aprovecharse de su posición.

Nuria Espert es una gran actriz y llena cualquier papel que representa. Su capacidad de llevarnos hasta el encuentro con sus personajes es deslumbrante. Pero quizá en esta obra habría quedado mejor algo más de furia, de energía y pasión. Pero está claro que Lucrecia no es Helena de Troya.

Nuria Espert a veces se acelera o habla en susurros que hacen más difícil comprender bien cada párrafo. Aunque la obra no está en verso, el texto era a veces complicado de seguir, más aún con esas pequeñas dificultades.


El escenario, sencillo, suficiente para la historia que ibamos a conocer. Una cama con dosel era el centro de la interpretación, también el centro del pecado y del desenlace.

Para finalizar, un gran aplauso recibió a Nuria Espert. Tan grande que toda la grada se levantó para festejar este éxito. Da pena ver como muchas veces los agasajos no se dan a la actuación y sí al personaje. Hay muchas grandes obras de teatro que cada día reciben menos público por falta de propaganda o por no tener en su cartelera actores famosos. Debería de estar mejor repartido.


lunes, 31 de marzo de 2014

LA DOULEUR

Hace años escuché hablar de esta obra y desde entonces algo en ella ha hecho que me siga dando vueltas en la cabeza. Un título tan definitorio no puede dejar a nadie impasible. El dolor como única idea, principio y fin de lo que vamos a ver. 

Marguerite Duras nunca concibió esta obra pensando en su público ya que éste es un texto autobiográfico, escrito durante los años en que su marido estaba combatiendo en la Segunda Guerra Mundial. 

La representación comienza con un momento reciente y bastante significativo, aquel en que la autora encuentra el diario que escribió cuarenta años atrás, y del que no tenía el más mínimo recuerdo. Unos recuerdos tristes que parecen haber sido borrados de su memoria, intentando con ello arrastrar y llevarse todo el dolor que guardan.



Marguerite nos habla de Robert, el chico más encantador, agradable y maravilloso que conocía. Unos días antes de irse al frente, ella le propuso que se casaran. El mismo día de la boda él partió a la batalla.  Para ella el matrimonio fue en gran medida de conveniencia, ya que como esposa tenía un cierto resguardo y protección social en época de guerra.

Años después ella nos cuenta en sus diarios la angustia en que vive y el dolor que siente al no saber nada de su marido. Permanece pegada al teléfono, lee continuamente los periódicos esperando y temiendo encontrar su nombre entre los caídos en el frente. Además de estos sentimientos tan comprensibles, surgen otros pensamientos más oscuros, en los que se pregunta quién es la persona a la que espera, qué sabe de él o si esperar a cualquier otro soldado le causaría la misma sensación. 



Por fin Robert es localizado, se encuentra en el campo de exterminio de Dachau, en condiciones lamentables, más cerca de la muerte que de la vida. Sus compañeros le sacan de ese infierno y consiguen traerle de vuelta a Francia. Marguerite, a pesar de las serias dudas que tiene sobre su amor, le acoge en casa y le cuida aunque su cuerpo destrozado le produzca repulsión. Robert consigue sobrevivir y ahora tendrá que afrontar un duro golpe, su mujer le confiesa que quiere tener un hijo con su amigo Dionis al que ama, y le pide que se separen. Aunque la ruptura del matrimonio se produce, la amistad de los tres  y los difíciles momentos vividos estarán por encima de la situación y les mantendrá unidos. 



Junto a la historia personal de la autora, ella nos cuenta la situación política de su país y nos hace reflexionar sobre las víctimas y los vencedores de las guerras. Los ciudadanos son siempre los olvidados y los grandes perdedores de todos los conflictos mientras que los que desencadenan la barbarie salen victoriosos . Y esta barbarie no es producida por los países ni los gobiernos, su causante es el hombre, capaz de generar los mayores horrores. 

Marguerite Duras pretende mostrarnos el dolor de cada persona reflejado en el suyo propio, el de cada ser que siente y sufre con las guerras y con todos los tipos de horror provocados por el hombre. Es capaz de transmitirnos lo que ella está sufriendo, sin ocultarnos el dolor, las dudas o aquellos sentimientos de los que se podría avergonzar. Lo complejo y absurdo de la guerra le obliga a expresar todo lo que tiene dentro, todo aquello que se le pasa por la cabeza. Aunque el tema pueda parecer muy repetido, escucharlo en primera persona y con las palabras de Marguerite Duras nos ayuda a percibirlo de una forma muy íntima y devastadora. 

Sobre la actriz, Valery Tellechea, diré que representa el papel de forma magnífica, aunque no se llega a apreciar en las primeras escenas en las que hace de una Marguerite entrada en años. Pero con los minutos su actuación mejora enormemente. 



domingo, 2 de febrero de 2014

EL COJO DE INISHMAAN

Las segundas oportunidades no suelen presentarse. Pero después de haber dejado pasar la posibilidad de disfrutar de la obra en el teatro español, los astros se conjugaron y nos permitieron asistir este fin de semana, "in extremis", a la representación que llevaba semanas queriendo ver. Todo parecía favorecernos, había que aprovechar.

El cojo de Inishmaan viene precedida de dos críticas bastante desiguales de personas de confianza. Pero algo tenía la obra que me atrajo desde su primera lectura. Una vez vista diré que  me alegro mucho de haber podido asistir, y también que ambas opiniones tenían razón en cierta manera.

Martin McDonagh, su autor, es un joven irlandés que consigue reflejar a través de sus personajes la situación que vivía el pueblo de Irlanda durante los años 30, época en la que el enemigo era Gran Bretaña, además de los propios irlandeses.


La obra nos relata la vida de los habitantes de un pequeño pueblo que pertenece a las islas de Arán, Inishmaan. Para ello parte de un acontecimiento que revolucionará la vida de sus gentes: un director de Hollywood va a grabar una superproducción en las islas de Arán. Los jóvenes del pueblo verán en este hecho la oportunidad de salir de una isla y una vida que les asfixia y no les permite cumplir sus sueños. Pero ¿a qué sueños se puede aspirar viviendo en un lugar así?


Billy el cojo es un joven tullido de nacimiento que tras quedar huérfano vive con sus supuestas tías, dos señoras mayores que regentan un pequeño colmado. A pesar de su malformación, tiene aspiraciones, sueña con progresar y vivir una vida mejor, aunque lo oculta ante todos ya que siempre se ríen de él.
Sus tías Eileen y Kate, viven para cuidar a su querido Billy. Realmente que éste sea tullido y que quedara huérfano fue una suerte para ellas y para sus vidas aburridas. Esperan y confían en que el joven nunca las abandone.

Los hermanos Bartley y Helen son dos adolescentes que pasan por la tienda de las tías para reírse del joven Billy y compartir y ahogar sus pequeños sueños. Cuando les cuentan que van a ir a la isla de Inishmore a trabajar en el rodaje de la película los ojos de Billy se iluminan. Helen, la hermana mayor, es descarada y violenta, usando sus maneras agresivas como arma contra cualquiera que quiera atacarla. Su hermano es un chico ingenuo que vive apocado bajo los brotes violentos de Helen, mientras sueña con América y con los telescopios. 


Johnnypateenmike es el cotilla del pueblo, lo sabe todo de los vecinos y utiliza esa información como moneda de cambio. Es odiado y requerido por los habitantes, como única forma de poner algo de distracción en las tristes vidas de los vecinos. Vive con su madre, una borracha nonagenaria a la que no priva de sus caprichos, intentando así que ésta no le dé problemas. 


Por último Babbybobby es el barquero, un ser triste, un desgraciado que desde que hace un año perdió a su mujer víctima de la tisis, no consigue encontrar la paz.  

Volvamos a la historia, que es la excusa para que vayamos conociendo a los distintos habitantes. Billy el cojo queda entusiasmado con la idea de participar en la película y superando todos sus miedos decide atravesar en barco a la isla de Inishmore y optar por un papel en la película. Sus padres murieron ahogados en el mar en una tétrica historia que nunca han querido contarle, por lo que él no ha sido capaz de echarse a la mar. 

Babbybobby llevará a los hermanos Helen y Bartley en su barca, así que Billy pide a Babbybobby que también le deje ir a él. Éste se opone sabiendo del mal fario que supone llevar a un tullido pero Billy le presenta una carta falsa del médico donde se dice que padece tisis y que le quedan tres meses de vida. Babbybobby se compadece del joven y se arriesga a llevarle con él.


El rodaje de la película finaliza y los jóvenes Helen y Bartley vuelven a su isla natal. Sin embargo Billy ha abandonado Inishmore camino de Hollywood con la compañía cinematográfica. 
Durante varios meses no se sabrá nada de él y los rumores van y vienen, en muchos casos difundidos por Johnnypateenmike. Kate, una de las tías de Billy está perdiendo la cabeza y pregunta a las piedras por su querido sobrino. Babbybobby, el marinero que cree conocer la verdad, calla sabiendo el dolor que ésta provocaría en sus tías.

Por fin la película es estrenada en Inishmaan y los habitantes asisten a la sala de proyecciones para celebrar el gran acontecimiento. Allí las tías descubren que Billy probablemente haya fallecido de tisis. 


Sin embargo una sorpresa viene a iluminarles la vida: Billy reaparece, acaba de volver de Hollywood. Cuenta que rechazó el papel que le ofrecían en la lejana América porque echaba de menos Inishmaan y a sus gentes. Todos se extrañan y alegran de tenerle de vuelta, mezclando sentimientos encontrados. La vuelta de Billy va a traernos la otra cara de los personajes que ya creíamos conocer. 

Babbybobby descubre el engaño del que fue víctima cuando aceptó llevar a un tullido creyendo que éste padecía la misma enfermedad de la que murió su mujer y que él correría la misma suerte. A pesar de la disculpa del joven y de su intento de explicar los motivos que le llevaron a engañarle, Babbybobby deja caer toda su furia contra Billy y le acuchilla. El ser triste y bondadoso se convierte en un animal vengativo y sin capacidad de perdonar. 

Billy sobrevive al ataque pero su salud ya estaba debilitada por tanto viaje y tan pocos cuidados. El médico que le cura las heridas se siente muy preocupado por una tos continua que sólo le anuncia que Billy padece la tisis. 

Mientras, Johnnypateenmike, el ser despreciable que todo lo cuenta a los cuatro vientos, parece tener sólo un secreto que callar: cómo murieron los padres de Billy. Tras las preguntas insistentes del chico, el vecino inventa una dulce historia para el joven, dice que sus padres se suicidaron para que él pudiera cobrar una pensión y con ésta recibir el tratamiento que le salvaría la vida. Billy sonríe feliz creyendo conocer la verdad y sabiendo del sacrificio de sus padres. Sin embargo los que conocen lo ocurrido saben que sus padres intentaron ahogar al niño y que fue Johnnypateenmike el que arriesgando su vida le salvó y robó el dinero para que Billy recibiera el tratamiento que le salvó la vida. Esta era la cara dulce del ser más odiado del pueblo. 

Billy, reforzado por su viaje y por haber cumplido su sueño, se arriesga y pide a Helen que salga con él. Ésta se ríe de él sabiendo el daño que esto le produce, pero es que Helen nunca ha sido capaz de mostrar sus sentimientos sinceros. Tras este desplante Billy carga un saco con latas dispuesto a acabar sus días como hicieron sus padres, tirándose al mar. Pero antes de poder cumplir su plan, Helen reaparece y acepta pasear con el tullido y besarle. La fría y belicosa Helen parece haber cedido ante el chico que se arriesga por sus sueños. No cabe más gozo en el pecho de Billy que abandona su plan de lanzarse al mar. Pero como una ironía de la vida,  la tisis, la enfermedad que le ayudó a salir de su isla y cumplir sus sueños, ahora vuelve para cobrarse su castigo y acabar con su vida.

La obra es una tragicomedia con muchos momentos estupendos, una representación genial de actores y un texto relativamente bueno. Sólo en algunos momentos las escenas se hacen algo pesadas, la historia da demasiadas vueltas en un punto y los cambios de escena hacen que la esencia del teatro se pierda levemente. Pero como decía, todo estos pequeños desajustes están salvados por este reparto inmejorable.

lunes, 20 de enero de 2014

TIERRA DE NADIE

Harold Pinter siempre consigue captar nuestra atención, atarnos a la silla, hacernos sentir culpables de lo que presenciamos. Por eso asistimos incondicionalmente a todas las representaciones que pasan por Madrid.
Esta vez nos enfrentábamos a la que califican como su obra cumbre, Tierra de Nadie.

El reparto es excepcional: Luis Homar y José Mª Pou, dos actores de renombre.


El escenario cautiva desde el primer vistazo: un salón con un sofá y dos sillas, y en su centro, a modo de ring, un enorme mueble bar lleno de botellas y copas.
Asistimos a una conversación entre dos personajes de los que no se entiende fácilmente la relación. Uno de ellos ha venido a visitar al segundo, el primero se muestra charlatán, no para de beber, exponer sus ideas, al mismo tiempo desagradable y encantador. Mientras tanto el anfitrión, ya borracho, calla, se mantiene impasible ante los ataques y comentarios del otro.
La noche va pasando. Dos jóvenes entran en escena; dos asistentes de la casa, recelosos y agresivos. Su altivo comportamiento da a entender al invitado que son ellos quienes en realidad mandan en la extraña casa. El anfitrión abandona a su supuesto invitado sin revelar más de las circunstancias que esa noche les han llevado a estar unidos. Presentimos que ni ellos tienen claro qué hacen allí.


La mañana llega y los dos jovenes aparecen en el salón con preguntas para el extraño invitado. Intentan averiguar qué le ha llevado hasta esa casa, qué relación mantiene con el señor. El anfitrión vuelve totalmente renovado y despierto. La actitud de la noche anterior ha cambiado, ahora se muestra como un hombre seguro que rechaza las preguntas y comentarios del invitado. La conversación versa sobre recuerdos del pasado, sobre sentimientos perdidos y nunca recuperados, sobre aquello en lo que se han convertido.
Pero seguimos sin descubrir lo que Pinter nos quiere contar. Sentimos que nosotros vivimos el mismo aturdimiento de nuestros personajes, que están perdidos en un mundo que ya no conocen. No entienden cuál es su relación, olvidaron a las personas a las que amaron, las que les acompañan en sus álbumes de fotos. Se enfrentan a esa tierra de nadie, ese lugar a donde les ha llevado la vida y no les sacará.


A modo de cierre, los cuatro personajes orbitan en torno a una cuestión intrascendente; un juego de palabras casual, que se convierte en un tema angustioso e inconexo con el resto de diálogos: "cambiar de tema por última vez".

Para los espectadores (nosotros) esa última pirueta lingüistica resume bastante bien la obra. No entendemos porqué ni para qué. Nos devanamos los sesos intentando encontrar un orden a la avalancha de anécdotas, a los pequeños tics de los personajes, a los enfados y a las respuestas inconexas. Ideamos una y mil posibles interpretaciones que no nos terminan de convencer. Que si los jóvenes representan a los mayores. Que si ellos han olvidado todo, en un presente vacío de significado.

Sin embargo, tras una investigación posterior descubrimos que nuestra interpretación era bastante más compleja de la realidad. Según Pinter, tanto el anfitrión como el visitante son dos personas opuestas. Uno de ellos, el primero, ha tenido éxito, pero ha olvidado sus méritos y ha caído en el olvido, reflejado en el alcohol y la pérdida de su independencia con los dos jóvenes sirvientes. El otro, el perdedor, el visitante, mantiene sus convicciones y su energía pese a trabajar mucho y mal en un bar. Pero nos queda la sensación de que Pinter ha intentado rizar el rizo y de que los espectadores no tenemos manera de asumir que la historia va más allá de esta explicación sencilla y directa.

A pesar de la buena actuación de los actores, no pudimos llegar a disfrutar de la representación como nos habría gustado por culpa de este texto que se nos ha antojado complejo e indescifrable.