Hoy era el gran Lope de Vega el que amenizaba la noche con La Discreta Enamorada. Según me ilustró Isma, discreta se refiere a inteligente, no al hecho de pasar desapercibido.
La joven Fenisa está enamorada en secreto del galán Lucindo, pero éste sólo tiene ojos para la desvergonzada Gerarda. Loca de amor, la joven deja caer un pañuelo al pasar frente al caballero para forzar la conversación con él. Ésta será la primera argucia de muchas que Fenisa irá hilando para enmarañar a todos los personajes y jugar con ellos hasta ver cumplido su objetivo: casarse con Lucindo.
Así, cuando Bernardo, padre de Lucindo, pide la mano de Fenisa, ésta acepta segura de que en el plazo de tiempo hasta la boda conseguirá que su amor caiga rendido a sus pies. Con el mejor estilo de Lope, y con Fenisa como gran maestra de ceremonias, la historia está montada. Fenisa confiesa a su supuesto prometido que su hijo la agasaja continuamente, con el fin de que este mensaje llegue al hijo y empiece a interesarse por ella. Éste, que parece no ser muy espabilado, capta el recado con la ayuda de su lacayo que le hace entrever que la chica le quiere.
Una vez sembrada la duda, conseguida la atención, ella confesará su amor al joven. Pero este muere de celos por la que fue su amada, Gerarda. Siguiendo éste nuevamente los consejos de su fiel criado, descubre que son sólo celos lo que siente por ella, ya que ésta le engaña con otro pero sólo con el fin de provocarle. Tan pronto como Gerarda vuelve con Lucindo el amor se desinfla, desaparece. Para desvelar tales sentimientos idearon una terrible argucia: el criado se vistió de mujer y se hizo pasar por una tal Eugenia para pone celosa a Gerarda, y así la supuesta Eugenia pasará a ser un personaje más del enredo.
Por otro lado la relación entre padre e hijo empeora cuando el primero ve cómo el interés de su hijo va aumentando por su prometida. Para evitar problemas, Fenisa inventa que Lucindo va detrás de su madre, cosa que encanta al viejo Bernardo que interpreta que el amor no tiene edad y le hace rejuvenecer. Tras muchos otros enredos, la historia tiene que acabar como viene siendo normal: ambos hombres son llamados de noche a compartir alcoba con la mujer que quieren y así Lucindo y Fenisa sellarán su amor. En otra habitación el viejo y engañado Bernardo se verá irremediablemente unido y prometido a la madre de Fenisa.
Las historias de Lope suelen acabar siempre bien para todos los personajes. Los protagonistas consiguen el amor, sus acompañantes encuentran una "solución" que les place, los malos acaban convirtiéndose o son condenados, todo transmite felicidad.
Así, cuando Bernardo, padre de Lucindo, pide la mano de Fenisa, ésta acepta segura de que en el plazo de tiempo hasta la boda conseguirá que su amor caiga rendido a sus pies. Con el mejor estilo de Lope, y con Fenisa como gran maestra de ceremonias, la historia está montada. Fenisa confiesa a su supuesto prometido que su hijo la agasaja continuamente, con el fin de que este mensaje llegue al hijo y empiece a interesarse por ella. Éste, que parece no ser muy espabilado, capta el recado con la ayuda de su lacayo que le hace entrever que la chica le quiere.
Una vez sembrada la duda, conseguida la atención, ella confesará su amor al joven. Pero este muere de celos por la que fue su amada, Gerarda. Siguiendo éste nuevamente los consejos de su fiel criado, descubre que son sólo celos lo que siente por ella, ya que ésta le engaña con otro pero sólo con el fin de provocarle. Tan pronto como Gerarda vuelve con Lucindo el amor se desinfla, desaparece. Para desvelar tales sentimientos idearon una terrible argucia: el criado se vistió de mujer y se hizo pasar por una tal Eugenia para pone celosa a Gerarda, y así la supuesta Eugenia pasará a ser un personaje más del enredo.
Por otro lado la relación entre padre e hijo empeora cuando el primero ve cómo el interés de su hijo va aumentando por su prometida. Para evitar problemas, Fenisa inventa que Lucindo va detrás de su madre, cosa que encanta al viejo Bernardo que interpreta que el amor no tiene edad y le hace rejuvenecer. Tras muchos otros enredos, la historia tiene que acabar como viene siendo normal: ambos hombres son llamados de noche a compartir alcoba con la mujer que quieren y así Lucindo y Fenisa sellarán su amor. En otra habitación el viejo y engañado Bernardo se verá irremediablemente unido y prometido a la madre de Fenisa.
La obra habla sobre la capacidad de una mujer para tomar las riendas de su vida, que tanto gusta a Lope. Sin ser un gran elenco de actores (estoy comparándoles con la CNTC) consiguen dar un sello particular a su obra, sus personajes son divertidos, exagerados y cómicos, dentro de lo que corresponde.
Es estupendo ver este tipo de representaciones por los pueblos de nuestra geografía, haciendo un gran esfuerzo por llegar a todo el público.
Es estupendo ver este tipo de representaciones por los pueblos de nuestra geografía, haciendo un gran esfuerzo por llegar a todo el público.