Nunca me paré a leer con detalle la información de esta representación, no estaba en mi perfil de espectáculos preferidos pero a unas entradas regaladas nadie le dice que no y más tratándose de la única opción para un viernes por la noche tarde.
Ponte en mi lugar aparentaba cubrir unas expectativas básicas, nada más allá de lo esperable y así ha sido.
La obra es una comedia que cuenta una historia lineal previsible y que intenta conseguir la risa con gags medianamente típicos.
Una pareja que lleva años de convivencia está cansada de los roles que con el tiempo han adquirido, Silvia se encarga de gran parte de las tareas de la casa además de trabajar como enfermera, mientras que Alberto tiene un puesto en correos y es un fervoroso hincha del Sevilla. Las típicas discusiones de pareja surgidas de la convivencia son el común de sus días. Él no recoge, ella no para un segundo de hacer cosas. En un momento de hartazgo y ella proclama la gran frase que origina toda la obra "ojalá te pusieras un solo día en mi lugar".
A partir de aquí se desarrolla toda la trama de forma que ella pasa a ocupar el cuerpo de él y viceversa, se intercambian los cuerpos pero nada más. Al principio no son conscientes de lo ocurrido pero cuando lo descubren gritan asustados y deciden refugiarse en casa para que nadie les vea, esperando que al día siguiente todo vuelva a su sitio.
Y como es típico en estas comedias, todo empieza a salir mal, el embrollo crece descontroladamente y la situación parece encaminada a desembocar en un desastre o una separación.
Por allí aparece el amigo íntimo de Alberto, Nacho, un ligón un poco jeta, que además trae a su último rollo, la encargada de adopciones que está llevando el caso de Alberto y Silvia. El amigo está seguro de la pareja recibirá un trato de favor de su chica y le estarán eternamente agradecidos. Pero el día en que todo esto ocurre será el peor posible, el del intercambio de los cuerpos.
Además en la casa se viven continuas meteduras de pata debido al extraño intercambio: Nacho no para de hacer bromas machistas a su supuesto amigo, se mete con su mujer. El falso marido defiende a su mujer pero poco a poco se va cabreando con todo lo que escucha. Mientras tanto "Silvia" comparte cosas de chicas con la novia de su amigo, ésta le enseña las tetas recién operadas, ella le presta ropa cuando se le cae un vaso y se moja...
Cada uno de los miembros de la pareja intenta representar su papel defendiendo constantemente al otro y criticándose a él mismo. La agente del servicio de adopción les comunica que es imposible que con esa relación tan destructiva que tienen puedan estar preparados para hacerse cargo de un hijo. El supuesto Alberto escucha estas palabras y acaba de hundirse. La situación se hace insostenible y cuando van a confesar lo que pasa, rotos de dolor, se encuentran una carta que olvidaron en la entrada de la casa, en la que les comunican que ella está embarazada!
El amigo y su novia no entienden nada, Alberto dice estar ¡embarazado! así que optan por huir y dejar en paz a esa extraña pareja en la que no reconocen a sus amigos.
Bromas típicas, personajes histriónicos, argumento previsible, vestimentas de juzgado de guardia... Sirve para pasar un rato.
Si destacaría que hubo algunos momentos en los que los actores tuvieron que salir de sus papeles e improvisar y ahí se pudo ver que era bastante buenos y graciosos... una pena que no les podamos ver en obras más originales.
Sí, la verdad es que la ropa que llevan tiene tela...
ResponderEliminar¡Buena crítica!