La obra es genial por diferentes motivos, el tema que trata, la puesta en escena, los actores y no actores... Así contado parece lo de siempre, sólo que bien llevado, pero hay mucho más detrás.
Ahora sí, empecemos por el principio. Partiendo de la necesidad de sacar la filosofía y a sus expertos de sus lugares acostumbrados de debate, se propone que sus discursos se abran al pueblo. Esto se materializa en una propuesta hecha a diez filósofos (antropólogos, politólogos...) de diferentes países de la unión europea que tendrán que escribir una canción que será cantada en un concurso muy similar al de Eurovisión, el Concurso Europeo de la Canción Filosófica.
Suena la conocida música de Eurovisión al comenzar la representación. Dos elegantísimos presentadores salen y reciben nuestro cordial aplauso. En el público estamos todos muy entregados a la obra. Nos explican lo que vamos a ver, nos introducen a los músicos que en directo acompañarán a los cantantes, y lo más novedoso, nos presentan al jurado. Estos son auténticos filósofos, profesores, escritores, músicos! Ellos harán su valoración de las canciones, opinando sobre las letras, el contexto, explicando las teorías que sustentan estas reflexiones, más allá de cada canción. Y el público, como en cualquier concurso de actualidad que se precie, también haremos de jurado. La pasión que pongamos en los aplausos será medida y convertida a puntos.
Vamos a asistir a un juego, participaremos de él, escucharemos reflexiones muy interesantes, todo además muy ameno gracias a las gran capacidad didáctica y de entretenimiento e improvisación que tienen todos en el escenario.
Como en el concurso de Eurovisión, todo se hace delante de un notario que asegura la limpieza en todos los procesos. Incluso el orden de las intervenciones ha sido sometida a sorteo.
Comienza Eslovenia con un extraño personaje y una canción con toques burlones, hablando de temas tan serios como la filosofía clásica basada en el principio de Thales que pone como los valores principales ser humano, hombre y griego. Dando el valor a estos tres conceptos está dejando fuer a a una gran parte de la sociedad, y en este concepto hemos basado toda la filosofía. Consideramos inferior al animal, a la mujer, al extranjero. Sin embargo no somos seres si no convivimos con el resto de individuos, si no pensamos. Pide que rompamos, que hay esperanza en el pensamiento.
Las críticas son buenas, el filósofo y profesor lo ratifica, el músico puntúa negativamente la baja calidad de la puesta en escena, juzgándolo de esperpento...
Votamos y pasamos a la siguiente canción y así hasta diez actuaciones. El dialogo en el jurado es tan fluido que se sigue fácilmente, sus interesantes reflexiones son casi clases magistrales de esa asignatura olvidada hace años, aportan en todo lo que dicen, hacen comentarios jocosos que nos mantienen totalmente concentrados, todos jugamos al juego que nos han propuesto. El público animado aplaude, se ríe, presta atención, lee las traducciones de los textos, cada uno interpretado en su idioma. El siguiente país es Francia que con una atrevida propuesta (el traje de la cantante está hecho de bolsas de basura) nos viene a hablar de los excluidos de la sociedad, todos aquellos que no han cumplido las supuestas normas y son rechazados por un sistema cruel: trans, perroflautas. En el debate se habla de Michel Foucault, y de su estudio de los ideales, los términos de consumo, y de esos tipos infames que no lo cumplen.
Pasamos a Portugal, país especialmente amigo de España en el festival de la canción. El cantante va caracterizado de lobo y viene a contarnos que el pensamiento está en todos los lugares, ríos, montañas, y para tener una visión amplia y completa hay que ir a la naturaleza, hay que volver al origen y escucharla. Y más allá, la vida no se vive sin un fin, hay que vivir con consciencia y darle un sentido.
Es el turno de Bélgica. El autor de la letra es matemático y usa la paradoja de Zenon de Elea para indagar en la incapacidad de movernos. La cantante representa una estatua griega.
Noruega ocupa ahora el escenario. Su historia es la de los samis, que ven atacada su tierra y sus recursos. Y reflexiona sobre el daño que se hace a los animales, a los espíritus del bosque.
Italia canta sobre el mundo capitalista que busca convencernos de que debemos ser los mejores, busca la individualidad por encima de la confianza. La incapacidad para expresarnos, la fragilidad de nuestra existencia nos hace vulnerables. Solo la dignidad nos salvará del fin.
Alemania habla sobre el avance del totalitarismo en Europa indagando en los sueños que teníamos cada uno y en lo que nos hemos convertido. Para ello utiliza una imagen y música cabaretera, al estilo Ute Lemper. Habla de que todos los exterminadores y dictadores tuvieron un tranquilo pasado, así que ninguno estamos a salvo de descubrirnos un día en un extremo de la balanza.
Lituania presenta un texto muy complicado, difícil de seguir incluso por el jurado a pesar de que tenía las letras previamente. Incorpora un sinfín de ideas en la canción, entre ellas el antropoceno, el hecho de que el ser humano está interviniendo en los sistemas físicos de la tierra. Habla de las teorías de la posthumanidad, en las que se indica que las relaciones humanas han cambiado con los avances de la tecnología y esto implica rediseñar los esquemas sociales y éticos. Una mezcla entre matrix y blade runner, un anuncio del cambio de era y del trabajo que tenemos que hacer para encontrarnos otra vez.
España hace algo diferente, presenta un romance clásico, como aquellos escritos entre los siglos XVI y XIX, en el que el Ser y el no ser se encuentran. El ser pide a Almudena que acabe con él. Y no entendí mucho más, aunque por ser la representante española hicimos el mayor alarde de nuestra parcialidad y votamos desenfrenadamente por esta canción.
Suiza presenta la canción caníbal. En ella cuenta cómo los antiguos caníbales saboreaban a sus presas. En la actualidad las estructuras engullen, acaban con muchas más vidas de las que ni si quiera somos conscientes. Los muertos en el Mediterraneo, aquellos que perecen en guerras en África, otros de los que nunca se escuchará hablar son las víctimas del sistema inhumano que nos fagocita, el capitalismo.
Con cada actuación, siguiendo el esquema de Eurovisión, los presentadores introducen una pequeña biografía del autor y del intérprete. La del primero, el filósofo, es real. La del segundo es una invención muy adaptada a la historia y la situación del país, normalmente divertidas pero a la vez cargadas de mucho mensaje crítico contra el mundo que hemos creado.
El ganador no importa ya, lo principal es todos los mensajes cargados de realidad que nos llevamos a la salida. Y para que sigamos recordándolos tenemos acceso a las canciones en la siguiente web:
Creo que esta obra deberían de ponerla a los estudiantes de la E.S.O, a los aspirantes a político, en la televisión en la hora de máxima audiencia... Seguro que empezamos a cambiar mentalidades y con ellas a mejorar el mundo.