Elegí esta obra porque todo en ella me conquistaba, emplazamiento, elenco, director, autor... No leí más, me dejé llevar por mi instinto y arrastré hasta allí a mis confiadxs incondicionales.
La sala verde del Teatro Canal es una mezcla extraña, a mitad de camino entre los delirios de grandeza de Esperanza Aguirre y un referente de acción teatral transgresora... Jamás habría imaginado que se podría convertir en uno de mis espacios imprescindibles...
Elijo los asientos con cuidado, confiada en mi experiencia teatrera en esa sala. Sin embargo con el tiempo voy detectando que la incomodidad de las sillas es inversamente proporcional al interés que tengo por la obra. Y tristemente esta vez me resultaron relativamente incomodas.
La obra lo tiene casi todo, entre otras cosas también cuenta con grandes expectativas y puede que ese sea el problema.
La historia relata la situación atípica que atraviesan cinco adorables personajes en el ocaso de su vida que, tras verse engañados por su asesor fiscal y perder todos los ahorros de su vida, deciden secuestrar y torturar al causante de sus males.
Cada pensionista actuará de una forma bien diferente ante el despropósito aunque todos coincidirán en justificar la actuación. Uno de ellos será el cabecilla, dispuesto a todo para conseguir que su dinero y el de sus amigos les sea reembolsado.
Torturas, amenazas y coacción son métodos válidos que llegado un cierto momento comenzarán a surtir efecto. Otro amigo de carácter más pusilánime es chantajeado por el secuestrado para que le libere, pero éste no caerá en sus redes siendo fiel a la amistad de sus compañeros y a cierto miedo si actúa por libre.
El tercer hombre está más preocupado por su relación extramatrimonial con la mujer de su amigo que por el dinero, y cuando el preso insinúa que lo sabe y lo va a contar si no le libera, éste le deja escapar sin más dilación. Sin embargo el joven asesor es encontrado, atrapado y devuelto a la casa.
Las dos mujeres pasan el día disfrutando del buen tiempo, lamentándose de la pérdida del dinero y esperando que el secuestro les traiga buenos resultados. En la relajada conversación que mantienen las dos, una se percata de que su amiga está perdiendo la memoria, cosa que le preocupa aunque esto no le hace abandonar a su amante, marido de aquella. Al contrario, ambos posteriormente justifican que esa relación oculta les salva y da vida.
La policía busca al secuestrado, su familia le espera ansiosa sin saber si le encontrará con vida o sin ella... y mientras los ancianos descansan en el porche a la vez que se van turnando para torturar a su asesor. No es fácil sospechar de unos seres tan entrañables y decrépitos.
Después de muchas torturas, solo la amenaza a la familia parece hacerle ceder y aceptar la devolución de la suma completa de dinero. Pero la negociación se complica, se va de las manos y el reo acaba siendo asesinado.
Antes de deshacerse de la víctima, los cinco amigos deciden disfrutar de una comida relajada, dejando el cuerpo del que fuera su consultor, aún caliente, enrollado en una alfombra a escasos metros de la mesa de jardín donde todos charlan entretenidos.
Pero parece que su poca profesionalidad ha dejado muchas pistas y un helicóptero de la policía aparece de subito, les encañona con focos y armas y les obliga a tirarse al suelo con las manos en alto. Estos se quedan sorprendidos sin entender que estaban haciendo algo mal, ya que lo único que querían era recuperar el dinero que tan injustamente les había hecho perder su asesor.
El debate está servido: quién es más culpable, aquel que dentro de la ley abusa de su posición sabiendo que no va a tener condena? Aquel que decide tomarse la ley por su mano y reclamar lo que lícitamente ganó?
La obra es entretenida, una comedia negra con un tema controvertido detrás. Pero para mí faltó profundidad, diálogos, personajes más elaborados... El tema podría haber dado más de sí, aunque en ese caso no se trataría de una comedia.