jueves, 12 de abril de 2012

LA PIEL EN LLAMAS

Es genial volver al teatro y encontrarse una obra como ésta. Y soy tan tajante llamándola "genial" porque la obra consigue contar una historia interesante, actual, real, y de una forma atrayente, metiendo al público en el argumento y creando una sensación perturbadora. Somos cómplices de lo que está pasando en escena, no de todo (o  sí) pero al menos de una gran parte, porque hemos aceptado el juego, y también por omisión, por no luchar contra este sistema hipócrita. 

La obra también es genial porque sabe contar la historia de una forma muy original, vemos dos escenas en una, intuimos algo de la conexión entre ambas, pero hasta el final no acaba de aclarase. Un recurso muy utilizado en el cine pero que en teatro es bastante más difícil de llevar a cabo. Y aquí lo consiguen, de forma algo evidente pero que queda bastante original. 

 Las dos historias transcurren en el mismo hotel de un país pobre e inestable en guerra perpetua. Un fotógrafo vuelve a recibir un premio por la foto que tomó hace más de veinte años, solo que ahora el premio lo recogerá de manos del nuevo gobierno democrático del país donde tuvo lugar el conflicto. Vuelve después de tantos años al lugar que le dio la fama y la infelicidad. Allí una periodista intenta sacarle información, quiere saber más de lo normal y cuestiona la moralidad de la imagen: una niña es lanzada como un cohete por el impacto de una bomba que ha caído a sus espaldas. Todos saben que ese premio no es más que una cortina de humo, un lavado de cara de un gobierno corrupto de un país en guerra, pero aceptan y callan por el beneficio que les reporta.  El fotógrafo se esconde tras una imagen de insensibilidad que esconde el dolor que guarda desde ese momento, un dolor que no le abandonó y no le permitió progresar. 

La segunda historia, entrelazada con la primera, cuenta que un médico de Naciones Unidas recibe los favores sexuales de una mujer a cambio de tratar a su hija enferma.Todas las perversidades y vejaciones serán aceptadas si a cambio hay una posibilidad de salvación para la pequeña. 

Un mundo corrupto en las pequeñas y las grandes cosas, un juego del que es difícil salir porque los que pueden, reciben beneficios y los que no, tienen poca fuerza para gritar.
Así la periodista local intenta ver humanidad en el fotógrafo, y sus preguntas incómodas sólo molestan al acomodado profesional. ¿Qué es lo que mueve a la reportera a intimidarle? ¿A querer saber tanto de sus sentimientos? Ella es la niña que salió volando por los aires, la protagonista anónima de la foto y quiere conocer al hombre que no la socorrió, quiere darle una oportunidad de vivir si vale la pena, y si no matarle. Él nunca fue valiente, sólo estuvo en el momento acertado en el lugar idóneo y eso arruinó su vida. Ahora tiene una oportunidad de reconciliarse con ella, se enfrenta a un arma y una verdad dudosa, pero la realidad que vive es mucho peor, una familia destruida, una lucha sin descanso con sus remordimientos y un mundo que ha convertido su única buena acción en una moneda de cambio, una excusa para limpiar la imagen de los sucios negocios,un merchandising absurdo.

Así que al decidir entre una pistola o la posibilidad de escapar prefiere quedarse, verse con su pasado, y salir victorioso o morir. La niña periodista  dispuesta a matarle ve en su acto la luz que había dado por perdida, y ahora quiere que él la reconozca, la crea. Pero para él lo importante ya no es si es ella o no, ahora él recupera el sentido que había perdido, y junto a ella decide emprender la tarea de difundir lo aprendido, lo que hay detrás de tanto conflicto, el engaño al que somos todos sometidos, la esperanza de salir adelante, como es el caso de ella. 

¿Y cómo unir esto a la segunda historia? Pues el corrupto miembro de Naciones Unidas, gran vencedor de este juego, nunca tocado o afectado, disfruta de su situación dominante, porque la hija de la entregada mujer murió ayer, pero él calla para seguir beneficiándose de ella. En un arranque de dignidad reconoce la verdad y abandona a la mujer en la habitación del hotel, tiene que ir a ver a su amigo fotógrafo, concretar su actuación en la entrega de premios. La mujer desesperada, sin rumbo ni sentido, se tira por el patio del hotel. El fotógrafo, al llegar al hotel un rato después (porque las historias a pesar de ser contadas a la vez tienen un pequeño desfase en el tiempo), la encontrará muerta, suicidada, como una consecuencia de la situación terrible y absurda en que vive ese país.

La obra consigue contar una gran historia, angustiarnos, hacernos participes de lo que está pasando, violentarnos hasta el extremo, y mantener a la vez el interés en la acción. No suelo fiarme de las nuevas obras y los jóvenes autores, pero creo que esta vez ha sido uno de los mejores aciertos. 

1 comentario:

  1. Habiendo leído el argumento, no me sorprende nada que te gustara. Ya estás involucrada en la denuncia del abuso y de la corrupción así que verlo reflejado en una obra de teatro tiene que ser interesante para tí.

    Me alegro de que encuentres autores jóvenes que cuenten buenas historias. Hay que seguirles la pista y quizás encuentres otras obras interesantes, y otros autores relacionados.

    Me ha gustado la crítica y también que te gustara la obra.

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