domingo, 24 de marzo de 2013

EL CAFÉ

El café es un espectáculo de luz, sonido y ritmo frenético. Al entrar en la sala sentimos que estamos en un casino. Siete máquinas tragaperras ocupan el escenario formando una fila. Delante siete sillas miran hacia el público, fiel  aviso de lo que vamos a ver.

Las luces no se apagan en ningún momento de la representación, será porque el público es una parte viva de la obra y como tal debe de permanecer iluminada.

La acción empieza, un personaje sale a acompañarnos, pone música country y vemos cómo disfruta con ella. El descanso dura poco, rápidamente el ritmo acelerado y machacón suena por todas partes y seres acelerados entran a escena. Cada uno ocupa su puesto frente a una máquina tragaperras y compulsivamente se juegan todo lo que tienen en sus bolsillos.

Secuencialmente los personajes se giran, dejan de darnos la espalda, abandonan el casino y vienen a ocupar las sillas del café y a contarnos sus historias. Entre ellos tenemos a una prostituta que se ha ligado a un conde, el supuesto conde, un joven adicto al juego que ha acumulado muchas deudas, su mujer que intenta retirarle de esa vida, el dueño del café que compite con el dueño del casino, como el bien contra el mal (aunque ambos son representados por el mismo personaje), un conseguidor de todas las necesidades y vicios de aquél que tenga dinero. A un lado, retirado de esta locura sin sentido, un personaje les observa. Éste es una especie de ángel bueno que no cayó en los vicios. Entre otras buenas acciones, intenta salvar al joven ahogado por las deudas de juego dejándole dinero.

La historia que nos cuentan es clásica, fue escrita en el s. XVIII en italia por Goldoni, y está inspirada en una de las ciudades que concentraba todo el vicio del antiguo mundo en esa época: Venecia. Curiosa sensación ya que los personajes visten con ropa actual pero hablan de Venecia y de historias algo atemporales. Aunque no tanto.

Al final del primer acto hemos averiguado que el conde no es conde, sino un huido de su mujer que intenta retirarle de la mala vida. Él está enganchado al juego y escapa de ella para seguir metido en sus vicios. La amante y la mujer se conocen y la primera prepara un plan para que marido y mujer se vean y la verdad salga a la luz. Por otro lado, el joven entrampado acepta una y otra vez el dinero prestado pero nunca cumple las promesas hechas de alejarse del juego. Cuando el dueño del casino le propone hacerse cargo del negocio a cambio de que su mujer trabaje en el casino animando a la clientela, él se indigna. Sin embargo su mujer acepta encantada al escuchar la enorme cantidad de dinero que cobrará. Ella podía haberse convertido en la salvación del hombre, pero ahora es su perdición.

El segundo acto se reduce a una fiesta loca y un texto proyectado a toda velocidad en una pantalla. Parece ser que en la adaptación al s. XXI lo que se relataba en éste no es importante.

El tercer acto es el más incomprensible, aunque a estas alturas parezca difícil. El negocio acordado entre el joven y el dueño del casino se convierte en un fracaso: el casino estaba lleno de deudas. El que mal va, mal acaba. Sin embargo, el que no era conde se ve abandonado por su amante y huye de su mujer. Pero en el último momento la encuentra, le pide perdón y vuelve con ella.


Esta es la historia que conseguimos entender tras muchos cortes y adaptaciones. Pero lo más importante no está en el texto, sino en los silencios, gestos y todo lo que les rodea. En esos silencios nos fijamos. Es un elemento atípico de la narración; un silencio absoluto, que nos golpea en mitad de los diálogos, en las caras duras de los actores que mudamente observan al público que espera. Los silencios se hacen exagerados y nos rompemos la cabeza para intentar comprenderlos; pero la única explicación que hilvanamos es que el silencio representa el vacío de los personajes; frente a toda su expresividad y gestos obscenos y provocadores por dentro están vacíos, carentes de significado, tanto como los diálogos que se entrecortan y que incluso son recortados en aras de la brevedad, tanto como la continua repetición del valor de cambio de un dinero sin sentido.
La obra es, al menos, transgresora en las formas. Los silencios a destiempo, las expresiones exageradas de los actores, la luz que ilumina continuamente al público, los diálogos y la trama casi irrelevantes. El sonido de las monedas al caer en las máquinas y la repetición del valor de cambio del dinero. Todo ello nos habla a las claras de la banalidad de los seres representados. No hay otro mensaje más que ese.
Al final de la obra los actores salen en tropel y sólo queda en escena el ángel guardián, el viejo limpiador del café, que nos pone una balada folk antes de dejarnos con un palmo de narices. El público se levanta confundido. Para muchos, un suplicio. Para nosotros, interrogantes expresados de una forma que nunca habríamos imaginado.


jueves, 21 de marzo de 2013

MADRE CORAJE Y SUS HIJOS


La pajarita de papel y su teatro la puerta estrecha siempre nos cuentan historias con mucha carga social y sentido de compromiso. No recuerdo que haya pasado por su sala una obra para adultos de carácter ligeramente liviano. Desde su fundación nos dejaron claro cuáles eran sus referentes: Samuel Beckett y Bertolt Brecht. Han pasado ya años y han ampliado el repertorio, pero periódicamente vuelven a sus origenes, a la esencia que les lleva a contar estas historias.

Madre Coraje y sus hijos es una de las obras más famosas de Bretch. Su denso contenido nos obliga a escuchar y pensar en cada frase que pronuncian de forma indpendiente y reposada. Más que una representación de teatro parece que asistimos a un alegato contra la guerra. Y es que probablemente: Bretch no fue capaz de contar sus historias de otra manera, tuvo que meterse de lleno en su mensaje, solo comparable a la realidad que había conocido.


Madre Coraje no transcurre en ningún lugar concreto, por eso esta historia puede ocurrir en cualquier sitio. Sólo hace falta que en esta tierra haya un conflicto, una guerra, y de esto ningún país está a salvo. Los motivos que han desencadenado el enfrentamiento pueden ser muy diversos aunque probablemente las razones reales sean bien distintas de las proclamadas. Las preguntas que nos plantea Bretch son: ¿quienes son los beneficiados con la guerra? ¿Cómo los perjudicados por ella pueden a la vez aprovecharse de la situación? ¿Hasta qué punto se puede aguantar y aceptar una guerra por el hecho de que nos estamos beneficiando?, o dicho de otra forma, ¿hasta dónde vamos a soportar la injusticia y ceder al chantaje? 


En el país de Madre Coraje el conflicto que desencadenó la guerra es uno bien conocido en nuestro mundo: la religión. En este caso es el enfrentamiento entre protestantes y católicos. Hasta aquí todo es posible, es más, ya ha ocurrido. Madre Coraje y sus tres hijos viven de la venta de chatarra, utensilios viejos, comida, ropa usada y todo lo que se tercie. Son tantas las carencias que cualquier cacharro viejo es objeto de compra.
Tienen un carro como única propiedad, pero muy valiosa en tiempos de guerra. Ofreciendo su género recorren caminos y pueblos con su carro, tirado por los dos hijos varones, a falta de un caballo.

Pero las primera necesidad de la guerra no son los objetos sino la mano de obra, los soldados que se dirigen al frente. Así que tan pronto como se cruzan con unos militares despiadados se llevan al hijo mayor hacia el combate . Su madre intenta defenderle por todos los medios, le expica que la guerra es una lucha sin sentido para conseguir unos benificios que otro se quedará y que nunca él encontrará su gratificación. Pero el joven se siente atraído por la idea y deja el carro y a su familia. 

Tiempo después se vuelven a encontrar, el hijo mayor se ha convertido en uno de los mejores soldados de su regimiento y es admirado por sus jefes. Se ha transformado en un ser sin escrúpulos que ha aprendido a matar sin que esto le plantee ningún conflicto moral. Su madre se averguenza de él y le deja en evidencia, pero sólo consigue perderle. 

El hijo mediano también ha sido reclutado. Su puesto es más acorde con los pensamientos de la madre, tiene que administrar el dinero de las tropas. Éste es un chico formal y responsable que jamás robaría de la caja, es más, la defendería con su vida. Su madre le enseñó el valor de la honestidad y responsabilidad, pero también intenta que éste entienda que por encima está la vida. En uno de los avances de las tropas enemigas, las católicas, el joven se arriesga en defender el dinero de las tropas y es capturado. Su madre a través de una prostituta intenta comprar la vida de su hijo a un general del bando enemigo. Quiere negociar un buen precio, porque tiene en cuenta que no puede gastar todo lo que recibiría por la venta de su carro. En su intento de regatear su hijo es ejecutado. La única pena que quedaría a una madre, la de poder llorar a un hijo muerto, le es negada. Para no verse implicada con el bando protestante, niega conocer al joven que le traen muerto. Madre Coraje sufre pero oculta su dolor porque tiene que salir adelante y luchar por la hija que le queda. 

La guerra se recrudece para el bando protestante, madre Coraje y su hija tienen que adaptarse a la nueva situación. Un párroco protestante que en el pasado solía criticarles, se esconde ahora con ellas. Sin ningún perjuicio cambia su sotana por una camisa de trabajo aunque siempre intenta escabullirse de las tareas terrenales; y es que los principios pierden su valor en tiempos de guerra. Incluso el viejo cura intenta alternar con madre Coraje. Pero ella no quiere saber nada de él, vive para sacar adelante su vida y la de su hija. 

Su hijo mayor también suele aparecer por los alrededores, en el carro uno de los bienes más preciados es el vodka, al que todos los soldados acuden como las ratas a Hamelin. 

El ritmo de la guerra parece haber cubierto a todos de una indolencia inexplicable. El objetivo de las gentes es pasar desapercibidos, o lidiar con la muerte sin que ésta les atrape. Y esperar. Pero esperar a qué. Muchas voces dicen que la guerra es la mejor via de enriquecerse, de avanzar, es el motor del pueblo. También dicen que lo peor de la guerra es cuando llega la paz y hay que enfrentarse a toda la destrucción provocada, entonces lo mejor es que ésta nunca acabe. 



Y sin embargo llega la paz. El bando protestante ha podido avanzar y acorralar al enemigo. La paz se ha firmado pero no todos sienten alegría. Madre Coraje acaba de hacerse con nuevas mercancías que ya nadie querrá comprar. El cura al que han mantenido refugiado en el carro durante años ahora insulta a madre coraje por rechazar la paz. La paz que se llevó a su querido hijo ahora es deseada, el fin de la guerra es su ruina. 


Los desastres de la paz no acaban aquí. El hijo mayor ha robado y asesinado a una familia de granjeros, entró a buscar comida y acabó matando a sus legítimos dueños. Pero no entiende el motivo de su detención porque lleva años actuando así y siempre era aclamado. Ahora no comprende qué ha cambiado para que la misma acción implique una sentencia de muerte. 
Nada le salvará del pelotón de fusilamiento. Su madre nunca conocerá cuál ha sido el triste destino de su hijo. 

Con la paz vuelven antiguas amistades y viejos sueños. Un cocinero alistado en las tropas reaparece, viene a buscar a la madre Coraje, intenta rehacer su vida. Ambos piensan que existe una posiblidad para los dos. Nuevamente el egoismo les aleja de su sueño: el cocinero acepta cargar con la mujer pero no con su hija de la que tendrán que deshacerse. La joven es muda, una chica inocente que nunca se separó de su madre. Madre Coraje le prometió que cuando acabe la guerra encontrará a un buen marido, aunque sabe que es difícil porque un borracho malnacido le desfiguró la cara. Estas cosas trae la guerra. La madre nunca dejaría a su hija, es el único ser puro y quiere protegerla del mundo. Prefiere seguir malviviendo con su carro y renunciar a su sueño antes que perderla. 

La paz, como suele pasar, dura poco. La guerra vuelve, más encarnizada que nunca. El negocio parece que vuelve a marchar bien. Uno de esos días en que la madre ofrece sus cachivaches en el mercado, unos soldados del bando enemigo aparecen en las afueras del pueblo. Están dispuestos a matar, a niños y mujeres sin ninguna piedad. La hija, que cuida del carro aparcado en esa zona, lo descubre y se sube a un árbol con cacharros viejos que hace sonar para avisar a  todo el mundo. Los soldados lanzan un tiro certero y acaban con el ruido. La hija cae desplomada al suelo. Cuando madre Coraje llega al carro descubre a su hija muerta. La acuna, la deja descansar esperando a acabe despertándose. No es capaz de entender porqué el ser más puro tuvo que  tener una vida de sufrimiento y acabar así. Una vez más tiene que huir para no ser relacionada con el bando de los perdedores. Madre Coraje se esconde tras su dureza pero por dentro no puede seguir más. Sin embargo se levanta, tira de su carro y se marcha del lugar. 

Esta es la historia de madre coraje y sus hijos, un relato que nos clava en el asiento durante dos horas y media y a ratos nos deja sin respiración. Aunque no lo haya mencionado hasta ahora, la obra es un musical, es decir, algunas partes son contadas mediante canciones. Los actores no son cantantes profesionales, mejor así, en este ambiente no necesitamos gorgoritos sino voces desgarradas que  saquen fuerzas del fondo de sus almas. Algunos gallos suenan, pero no importa. Una pianista acompaña las canciones con notas sencillas. 

Sobre el escenario, lo mejor sería pintarlo pero éste blog no me lo permite. La idea sería así, un carro enorme para las dimensiones de la sala se pasea por todo el escenario. Los espectadores ocupamos las paredes, en filas de 4 butacas, colocadas en ciertas esquinas para que el carro pueda girar. Da la impresión de que la obra es llevada a escena como una necesidad y no como un negocio para hacer dinero. Parece que el público se forma por un grupo de agraciados al que nos permiten disfrutar del montaje. No sé cuánto pueden ganar con cada representación pero dudo mucho que cubran gastos. Pero el teatro es pasión, no negocio. El equilibrio entre ambos sería genial aunque cada día se hace más dificil conseguirlo.  



Reportaje: "Madre Coraje y Sus Hijos", de Bertolt Brecht, por la Pajarita de Papel Compañía de Teatro from La Puerta Estrecha on Vimeo.

jueves, 14 de marzo de 2013

DESEO

Cumplí mi palabra, tras algunos dramones destructivos (realmente fueron muchos) supe que me merecía algo más animado y me prometí que la siguiente obra sería una comedia. Dicho y hecho, aunque debo decir que jamás pensé que lo cumpliría.

Los reportajes de las revistas de teatro presentan una imagen de "Deseo" algo morbosa, atrae nuestro lado oscuro y voyeur que a todos nos gustaría probar alguna vez. El reparo nos aleja de este ambiente, pero si nos ponen al alcance una historia como ésta y más en un teatro, nos sentimos casi invitados a la experiencia.

En principio la obra  llamó mi atención, pero no lo suficiente como para invertir una tarde de teatro en ella. A pesar de todo algo me hizo no olvidarla, su director. Miguel del Arco siempre me ha sorprendido y encantado. Además sus obras llevan un gran mensaje bajo el argumento.

Así que allá me fui más sola que la una a ver una obra llamada Deseo. Ésta es su historia.

Dos mujeres charlan en el gimnasio sobre sus vidas. Paula es atrevida y explosiva, le gusta hacer realidad sus sueños eróticos y disfruta contándoselos a Ana. Ana es una mujer feliz, lleva casada 15 años con Manu y las historias de Paula le provocan cierta excitación, una especie de vía para experimentar nuevas sensaciones.
Paula tiene un amante con el que juega al límite, pero la relación no avanza más porque él está casado. Sin embargo ella se siente segura de que cualquier hombre caería rendido ante sus provocaciones. Ana no acepta esa forma de pensar y pone como ejemplo su relación que es asentada y segura, basada en la confianza.
La confrontación entre ambas mujeres las lleva a enfrentarse en un reto: Paula es invitada a pasar el fin de semana en una casa de campo con la pareja. Una cuarta persona compartirá estos días con ellos, Teo. Teo está en tramites de separación de su mujer ya que cometió una infidelidad con la chica del servicio y fue cazado en plena faena por su mujer. Ahora vive un infierno, ha tenido que dejar su casa, no puede ver a sus hijos y siente que su mujer solo pretende hacer de su vida un infierno. Obcecado en odiar a su mujer no ve más allá.
La historia de Teo divide al matrimonio, Ana ve imperdonable la falta cometida, mientras que Manu piensa que la infidelidad no existe si no es conocida.

La llegada de los invitados a la casa de campo parece ser bien recibida por todos. Paula se mueve como pez en el agua siendo el centro de atención de Teo, aunque su verdadero objetivo era Manu, el marido de su amiga, el cual se muestra algo tenso y rechaza todo acercamiento de la amiga lanzada. Ana disfruta pensando que entre sus amigos solteros puede surgir algo mientras que Teo se reparte entre el odio a su ex y el deseo por la nueva.

Cuando Paula y Manu se quedan solos comienza una fuerte discursión. Manu enfurecido pregunta a Paula cómo puede haberse presentado allí. Ella dice que viene buscando un juego más divertido que el ya conocido. No le basta con ver a su amante una vez por semana o que sus sueños eroticos se conviertan en realidad. Quiere llegar más lejos y estar al límite para disfrutar más. Desesperado por la situación, Manu aprovecha la primera oportunidad para retirarse a su habitación. En cuanto Teo y Paula se quedan solos ella expone claramente que quiere follar, sin más preámbulo. Teo está aturdido, nunca se vio en una situación igual.

La noche transcurre como era de esperar. Paula y Teo no paran de gemir y demostar su pasión mientras que Manu pasa la noche atormentado escuchándoles, junto a su esposa.

Pero el plan de Paula no acababa aquí, sólo ha hecho más que comenzar. Su juego va a ser mucho más perverso, quiere ver como todos se debaten entre el deseo y los conceptos puritanos y como pierden para siempre la confianza en la que han basado su existencia. Espera verles a todos jugar el mismo juego que ella lleva tiempo viviendo, sentir como todos pierden las asentadas vidas que a ella siempre le ha sido negada. Tras su promiscuidad y excitación ella esconde sus ganas de una pareja y una vida feliz junto a la persona que quiere.

El siguiente paso de su plan es hacer surgir la atracción entre la esposa y el amigo de la pareja. Inventa historias, las cuenta acompañadas de un tono confidente, lágrimas y todas las argucias que sean precisas. Aunque les resulte poco creíble, la duda surge entre los dos, ya que el sentimiento de ser deseados gusta a ambos.
Mientras tanto los amigos, Teo y Manu, comentan sobre la atractiva chica. Teo presume de lo bien que le está yendo con ella y se mofa de su amigo diciendole que nunca estuvo con una mujer como ésa. Manu no puede callarse más y confiesa con gran orgullo el motivo de que Paula esté allí y con ello, la relación que mantienen. Teo se siente hundido y rabioso y reacciona atacando a su amigo, amenazandole con quitarle a su mujer. A continuación comienzan una pelea solo interrumpida por la cena y la llegada de las mujeres.

El ambiente de la cena del segundo día es bien distinto al del primero. Todos saben los motivos que les han reunido allí excepto Ana que se mantiene al margen de los hechos. Durante la cena Teo tontea con Ana para molestar a su marido, mientras que Manu hace lo mismo con Paula. Ésta ha conseguido transmitir a todos dudas y excitación, aunque estos sentimientos probablemente estaban latentes en todos y sólo han necesitado una pequeña chispa para saltar.
La noche trae muchas sorpresas y tensiones. Ana, siguiendo las indicaciones de Paula, sorprende a Manu con juegos nocturnos que no le gustan nada. Él no espera probar con su mujer lo que practica con su amante y reacciona muy bruscamente con ella. Ana se siente avergonzada y humillada, sale del cuarto y en el salón encuentra a Teo. Éste después de descubrir la verdad se siente utilizado y no quiere acostarse más con Paula. Al amparo de la noche y recordando la atracción que han sentido ese día, se consuelan juntos del desprecio vivido. Pero unos ruidos les separan rápidamente. Teo movido por una mezcla entre pena y venganza esconde a Ana para que pueda descubrir toda la verdad.

Manu y Paula vienen a escondidas, vigilan que nadie aparezca, aprovechan la soledad para retozar y confesarse la fuerte atracción que sienten al verse y no poder tocarse. Manu en su desenfreno hace daño a Paula, lo que le molesta especialmente. Ella sufre con la actitud egoista de Manu en la que sólo sabe sentir el daño cometido una vez hecho.

Ana debe de enfrentarse a la realidad más dura e inimaginable de su vida. Se siente engañada, defraudada por la persona en la que siempre creyó. El mundo se derrumba ante ella. Su vida se rompe con su pareja. Mientras que ella siente el fin de todo, Paula y Teo han decidido reconciliarse y disfrutan juntos. Algunas insinuaciones de Paula muestran que el primer deseo de un fin de semana sin compromiso ha tornado en un intento de luchar por una relación. Teo se siente feliz, viviendo un sueño, y promete una nueva vida para ambos.


Tras la resaca de la noche, las primeras emociones han pasado. Ana no es la inocente mujer que imaginaba el amor como un sentimiento puro e incorruptible. Para mostrar su fuerza ha llamado a la ex de Teo pidiéndole que le dé una nueva oportunidad. Teo recibe el mensaje y se siente feliz por esta segunda oportunidad. Sólo unas horas antes había prometido esta oportunidad a Paula que ahora sufre un daño similar al que ella provocó. Es víctima de su propio juego pero no está acostumbrada a perder así que les amenaza con contar su pequeño lío de la noche anterior a Manu. Los implicados no están dispuestos a poner en peligro nuevamente sus vidas, menos por alguien que intentó acabar con sus esperanzas. Solo hay una forma de callarla para siempre: matarla y enterrarla en el jardín.

Manu vuelve unas horas después salió a pasar y pensar, ha decidido seguir junto a su mujer, el ser al que más quiere. Pero descubre algo extraño en la casa: sus amigos no están y Paula se dejó la maleta. Al preguntar insistentemente a Ana por lo ocurrido descubre la única respuesta que tanto estaba temiendo. Paula yace bajo el jardín como pago al daño cometido, este es el precio del juego peligroso que todos han querido probar.

La obra nos habla de la frontera entre el juego y la realidad, cuánto estamos dispuestos a exponernos y a qué precio por llegar al límite y volver de él. Y nos habla de esa seguridad que creemos imperturbable y cómo podemos perderla y no volver a recuperarla nunca más; porque una vez que se pierde no se volverá a recuperar.

La representación está contada entre risas, en un lenguaje cercano de forma que nos parece estar disfrutando de la charla con unos amigos. Los dialogos son muy naturales todos los personajes hablan, gritan  y se ríen a la vez, no guarda los tiempos normales de las obras. Esto hace que el diálogo esté especialmente conseguido.

El argumento empieza de forma muy cómica que poco a poco nos mete en una trama compleja. Nos sentimos molestos como testigo de lo que está ocurriendo, también complices y a veces condescendientes con ciertas reacciones. ¿Dónde está el límite?


miércoles, 6 de marzo de 2013

LA AMANTE INGLESA

No es muy ortodoxo pero voy a empezar por la conclusión: me propongo seriamente que la próxima vez que vaya al teatro veré una comedia, y si puede ser banal, mejor aún.
Hay que ponerse en mi lugar; la sucesión Camus-Duras es estupenda si estás buscando algún motivo para suicidarte. Necesito textos positivos que muestren algún mensaje de esperanza para la humanidad.

Después de este momento de desahogo, pasemos a hablar de la obra. Para empezar recordamos un hecho triste: el fallecimiento de Pepe Sancho. Cuando esta representación se puso en cartel, él iba a ser el protagonista. Su enfermedad se aceleró y ni tan si quiera pudo llegar a estrenarla. Viendo esta obra rindo un pequeño homenaje al gran actor Pepe Sancho.

Si trágica ha sido la introducción, la obra no lo es menos. Allá vamos.
Con las luces apagadas una voz nos cuenta los hechos ocurridos: varios trozos de un cuerpo descuartizado de una persona han sido encontrados en días sucesivos en la parte alta de diversos trenes de mercancías. La investigación ha determinado el lugar donde probablemente se cometió el asesinato: el punto por el que  todas las líneas de tren pasaron. La culpable ha confesado, se llama Clara, y su víctima es su prima María Teresa, una mujer sordo-muda. Aquí comienza la trama, en el punto en el cual el caso ya ha sido resuelto.
Los personajes que participan en esta historia intentan hacernos entender lo ocurrido con sus diálogos y sus silencios.

En un florido jardín, el marido de Clara, Pedro, y un psicólogo de la policía conversan. El joven pretende entender qué movió a la mujer a asesinar a su pariente. La prima muerta era una sonriente mujer gorda que vivía con ellos, se encargaba de las labores de la casa. Un asesinato así resulta inexplicable sin un móvil.Clara tenía muchos extraños comportamientos que podrían volverse peligrosos bajo ciertas circunstancias, por ello siempre estaba vigilida por la sirvienta. Pero el marido no imaginó que todo podía acabar como lo había hecho.

El marido cuenta detalles de la vida en pareja desde los tristes momentos finales hasta el amor de juventud. Así nos introduce  en la soledad y la falta de comunicación, en el desprecio implícito que demostraba a su mujer y que recibía de ella. Él se enamoró de su belleza pero nunca la apreció como persona. La consideró un ser fuera de este mundo, incapaz de comprender la vida o de relacionarse normalemente con los otros. Durante los más de veinte años de matrimonio, tampoco ella le quiso porque amaba a un hombre que la dejó. Ante su soledad, el marido optó por buscar compañía en otras mujeres. Así pasaron los años viviendo juntos bajo el mismo techo pero sin entenderse, sin comunicarse. Al recordar los viejos tiempos siente el amor que había olvidado hace mucho tiempo. Pero también muestra una especie de alivio al verse de su mujer.

El siguiente encuentro tendrá lugar entre el psicólogo y Clara. Ella esconde algunas claves del asesinato que el investigador intenta sacar a la luz. En una celda la mujer responde a todas las preguntas mostrando un gran sentido común. Cuenta quién fue el gran amor de su vida, habla de su marido, al que no quiere, explica su relación con la mujer asesinada. Tan solo se niega a desvelar porqué cometió el asesinato y donde escondió la cabeza de la muerta. Esta parece ser la única cuestión que a todos interesa.


Clara le explica que se refugiaba en el jardín de la casa para poder pensar tranquilamente, para sentirse libre y poder aclarar sus ideas. Pero nunca nadie le preguntó su opinión, nadie la valoró. Así cuenta que muchas veces soñó con matar a cada una de las personas de su entorno, pero no pudo hablarlo y con ello no llegó a entender que a todos nos pasa. Sus sueños se mezclaban con la realidad sin saber en qué mundo estaba viviendo. Su prima fue una simple víctima, como ella, de una vida perdida y sin sentido en la que nunca supo expresar o compartir con nadie sus sentimientos, penas o frustraciones.
El médico es la primera persona que le hace hablar, le escucha y la trata dignamente. A él quiere explicar todo lo ocurrido, sabe que él la entenderá. Ella realmente siente la necesidad de  hablar pero ha tenido que cometer un asesinato para poder hacerlo, para encontrar a una persona que la escuche. Tras años por fin se siente liberada.

Aunque partimos de una historia conocida, la obra es especialmente dura porque nos muestra una tragedia mucho más allá de  un crimen. Enseña como las personas malgastan sus vidas por la falta de entendimiento. La incapacidad y el desinterés llevan a tergiversar la realidad, con lo que se puede rozar la locura.
A pesar de la fuerza del texto, la obra se hace en ciertos momentos algo pesada. Los personajes van montando la historia que a veces cuesta seguir por la profundidad del texto, pero también por la poca acción que hay.

La representación son solo dos actos, dos conversaciones en dos ambientes bien distintos. Los actores saben transmitir la sensación que les acompaña, especialmente Clara (Gloria Muñoz) que nos enseña a veces su paz y otras su locura desde la celda de la cárcel.

Creo que éste es del tipo de obras que hay que ver una segunda vez para entender tantos matices que se nos escapan. A pesar de la tragedia y del sueño, he podido disfrutar de esta gran historia, no solo durante la representación, sino que también ahora que pienso en ella y escribo mi crítica.