domingo, 30 de octubre de 2011

DONKA

No diría que Donka es una obra de teatro, sí un espectáculo circense, con mucha poesía y magia, llena de juegos y maravillosos momentos.Tampoco sería capaz de simplificar mi respuesta, y decir que me encantó o que me decepcionó.

La obra tuvo sus luces y sus sombras, sus momentos únicos donde todo lo que existía era la emoción del circo y la magia de los personajes que interpretaban pero hubo momentos de decepción, donde más que una obra sobre Chejov, paracía que asistíamos a un espectáculo donde usaban su nombre únicamente para atraer público, y no como inspiración y motivo de creación a partir de su universo de personajes.

Entre los momentos inolvidables recordaría uno con Chejov sentado a contraluz,creando sus obras, otro sería el de las tres hermanas jugando y disfrutando como nos las podríamos imaginar leyendo sus obras, ante su vida rural y sus desgracias, también la escena del hielo rompiéndose en una especie de ceremonia o fiesta en la que todo acaba y empieza, y muchas más, una niña aprendiendo a bailar, taconear en un casi baile flamenco, la pesca, el juego de cañas y cintas, el juego de acrobacias con truco,  las luces dando un único color que baña todo el escenario...

Y parecen bastante estas luces, pero es que para conseguir relacionar lo visto con las obras de Chejov hay que inventar e imaginar mucho. No es intuitivo ni sencillo saber de qué personaje nos hablan, e incluso aún sabiéndolo, a veces no se encuentra el sentido a la historia. Algunos malabaristas o acróbatas son geniales, pero no se consigue mezclar su juego con la obra o la vida de Chejov y eso deja una sensación extraña, la de un espectáculo típico que ha buscado dar un giro más comercial a la obra usando un nombre atractivo.

Y llegamos al final, en el que se hace un repaso a los personajes de Chejov, y una cama a modo de escenario les permite representar su minuto de gloria, mientras que el resto de actores se deja sobrepasar, arrasar por esa cama/escenario con su personaje, hasta que consiguen subirse a ésta tomando el nuevo papel.

Así acaba Chejov, ocupando su sitio final en ese escenario, como hicieron todos los personajes que él había creado en sus obras.

1 comentario:

  1. ¿Seguro que hemos visto la misma obra? Jajaja... lo describes tan bien que me parece estar viendo otra obra. Mucha magia en el escenario, como tú dices, y un esquivo Chejov, sobre todo para los que conocemos poco su obra.

    Un buen resumen, cada vez te quedan mejor

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