La Chunga es la primera de la
serie, el reparto cuenta con Aitana Sánchez-Gijón, Asier Etxendía o Irene
Escolar.
La historia fue escrita por Vargas Llosa allá por los ochenta y se sitúa en Perú en los años cuarenta.
La historia fue escrita por Vargas Llosa allá por los ochenta y se sitúa en Perú en los años cuarenta.
La Chunga es una mujer fría, dura
y fuerte. Regenta un local en el que todas las noches se reunen cuatro amigos,
Josefino, Mono, José y Lituma, a beber y jugar. Allí pasan las horas
discutiendo y perdiendo lo poco que tienen, y siempre acaban brindando por el
grupo, que se autodenomina Los inconquistables.
La Chunga se mantiene ajena a sus luchas y juegos. Pero una noche los asiduos clientes recuerdan ayudados por el alcohol un episodio que marcó la vida en el bar: la aparición de Meche, la novia de Josefino. Lo que ocurrió aquella noche sigue siendo un misterio para todos excepto para la dueña del bar, La Chunga. Éstos se mueren de ganas por saber lo ocurrido, así que han inventado mil historias para explicarlo.
La Chunga se mantiene ajena a sus luchas y juegos. Pero una noche los asiduos clientes recuerdan ayudados por el alcohol un episodio que marcó la vida en el bar: la aparición de Meche, la novia de Josefino. Lo que ocurrió aquella noche sigue siendo un misterio para todos excepto para la dueña del bar, La Chunga. Éstos se mueren de ganas por saber lo ocurrido, así que han inventado mil historias para explicarlo.
La noche de autos Josefino trajo
a Meche al bar, era la chica más guapa de Piura y quería lucirla ante todos. A
Josefino se le daba bien conquistar a las mayores bellezas, y una vez que éstas
caían rendidas a sus pies, las ponía trabajar en el burdel para que le
mantuvieran. Meche se cree diferente, el ángel que le liberará de esa mala
vida. Sin embargo va por mal camino: acepta todos sus peticiones, se somete a
sus caprichos e incluso recibe palizas cuando algo se le tuerce a éste.
La Chunga nunca mostró interés por nadie pero no puede evitar la atracción que siente por la encantadora Meche. Sus ojos se iluminan con una luz nunca vista al verla aparecer. Este detalle es observado por Josefino y piensa sacarle partido.
La noche de juegos se da
especialmente mal para Josefino y pierde todo lo que tenía, así que decide
alquilar a su novia a La Chunga para que disponga de ella libremente.
Lo que pasa esa noche, a partir de
ese momento, es desconocido por todos excepto para las dos mujeres. Pero de
Meche nunca se volvió a saber.
A partir de aquí la obra dará
saltos en el tiempo mezclando el momento actual, meses o años después de los
fatídicos hechos, con las conjeturas que cada uno concibió de lo ocurrido
aquella noche. Cuesta trabajo seguir las diferentes teorías, ya que un telón que
cae es el único objeto separador entre las diferentes historias pero esto no es
fácilmente deducible.
La primera teoría es la de José,
el más libidinoso del grupo. Nos cuenta que en el dormitorio La Chunga sedujo a
Meche y ambas pasaron la noche juntas. La Chunga le hizo gozar como ningún
hombre sabía. La Chunga se había enamorado y quería hacer ver a Meche que todos
los hombres eran seres despreciables y que acabaría en el burdel como tantas
otras. A su lado sería feliz.
Lituma, el más tranquilo y menos
agraciado de los amigos, estaba enamorado de Meche. Éste se siente el liberador
de la chica y piensa que el dinero que La Chunga paga por la chica fue realmente
dado por él y serviría para salvarla del despreciable Josefino. Lituma cree
haber estado a solas con Meche, haberle confesado su amor y ella habría
aceptado irse con él, partir hacia Lima juntos y huir de Piura para siempre.
Pero al despedirse hasta su reencuentro en la estación pocas horas después,
ella desaparecerá para siempre, así que Lituma culpa a Josefino de haberla
encontrado haciendo la maleta y haberla matado y escondido el cuerpo.
Mono es un enano alegre y cargante
que saca de quicio a todos los del grupo y también al público. Esconde una
culpa desde hace años, violó a una niña y en su soledad siente que tiene que pagar por ello.
Así que imagina que él fue invitado por La Chunga al dormitorio para pasar la
noche con las dos mujeres. Éstas conocerían lo ocurrido y le harían pagar por
el abuso cometido: perdería su honor como lo pierde un hombre.
Josefino es el más listo, siempre
se ha aprovechado de todos gracias a su falta de escrúpulos. Cree que al
despuntar el alba volvió desde prostíbulo del pueblo al bar de la Chunga a
recoger a Meche, que ya no estaba en la casa. Entonces propuso un negocio para
el bar, convertirlo en prostíbulo, La Chunga lo regentaría y él conseguiría a
las chicas. Sabe que ninguna se le resiste, a excepción de La Chunga. Pero La
Chunga le desprecia porque ella quiere a Meche y sabe que él será su perdición.
Josefino no está dispuesto a aguantar que una mujer le trate así, la humilla de la forma a la que está acostumbrado, violándola. Al final se excusa
explicando que él respeta a la mujer y sólo quiere vivir mantenido por ellas. Extraña
reflexión.
Después de este embrollo de
realidad y tergiversación, sólo nos queda una historia más, la que contará La
Chunga. Ella, como todos, probablemente ha retocado lo ocurrido y lo ha
convertido en aquello que pudo ser y no fue. Para la Chunga ambas mujeres
estuvieron juntas. Pero ella no puede permitirse flaquear, no puede descubrir
su amor porque mostraría su debilidad y sería engullida en ese pueblo y esa
sociedad en el que la mujer es un objeto de usar y tirar. Meche ha sido feliz esa
noche pero también quiere a Josefino, aunque sabe que éste le traerá dolor e
infelicidad. La Chunga le dice que huya y que nunca más vuelva a ese lugar, que
sea dueña de su vida y que nunca más haga por verla. La Chunga siente por dentro el
mayor daño que nunca imaginó pero nadie sabrá lo que allí pasó.
La obra es un grito de dolor para
todas las mujeres que aceptan y acatan una vida que no quieren, que se dejan
engañar por los hombres que prometen protección y se convierten en su principal
amenaza. Es una historia ambientada en los años cuarenta pero que perfectamente
casaría con la época actual.
El argumento es interesante pero
su puesta en escena no consigue captar fácilmente las diferentes historias que
mezclan realidad y ficción. No hay que olvidar que el autor fue uno de los
seguidores del realismo mágico. Pero conociendo los textos de Vargas Llosa, me
da la impresión de que en la obra escrita la historia consigue mucha más
claridad que en la adaptación sobre el escenario.
Sobre los actores, a pesar del
gran reparto, algo no acaba de cuajar, actúan bien, sí, pero si la obra gusta y
los actores son buenos, ¿por qué no salimos con la sensación de plenitud? Algo
está fallando.
Te he corregido "nobeles" por "noveles".
ResponderEliminarHombre, Vargas Llosa tendrá mejores o peores inclinaciones políticas, pero es un buen escritor. No me parece mal que le hagan homenajes mientras aún está vivo. Parece que le gustan, además. Hay que tender lazos.
A mí me parece un argumento chulísimo. Hay que ver que a veces la historia nos engancha y sin embargo no es llevada a escena adecuadamente, y otras pasa justo lo contrario. A mí me gusta el planteamiento de los cuatro hombres relatando su visión de lo sucedido y me gusta que en el centro haya una mujer, La Chunga (buen nombre) con la clave para el misterio. Me recuerda un poco otra gran historia (japonesa), Rashomon del director Kurosawa. A ver si te animas a verla.
Me he divertido mucho leyendo esta.