domingo, 2 de mayo de 2021

LA CASA DE LOS ESPÍRITUS

Me costó decidirme, incluso estuve a punto de dejarla pasar. Sus tres horas y media me suponían un esfuerzo tremendo para los tiempos que corren. Cuando ya casi la daba por perdida decidí ver un pequeño video para autoconfirmar mi decisión y en ese momento me topé con la realidad: esta obra tenía todo lo necesario para ser única. 

Me preparé para la intensa sesión de teatro, no quería sentirme cansada y que en lugar de un disfrute, la tarde se convirtiera en un suplicio. Siesta y café parecían suficientes medidas previas.

Llegué al teatro Español, ocupé mi butaca (no la habitual porque el teatro estaba llenísimo) en la tercera planta, lo que podría llamarse el pregallinero. 

La obra comienza y con las primeras palabras ya se puede ver la tremenda calidad y cuidado con que se ha trabajado este texto. Descubro que el protagonista es un magnífico actor al que he conocido recientemente, Francesc Garrido. Carmen Conesa es la otra protagonista y gran actriz, a la que sigo desde hace años. 

La casa de los espíritus recuerda a las grandes obras latinoamericanas, la historia de una familia contada a través de varias generaciones, en la que conoceremos grandes conflictos, desencuentros, tragedias, y sobre todo personajes con la fuerza suficiente para luchar y seguir combatiendo. 

La historia de los Trueba se desarrolla en Chile y es contada a través de sus mujeres en un recorrido por tres generaciones, comenzando en los años 40. Como nexo siempre el padre de familia, Esteban, señor de la casa y azote para aquellos que no le siguen. 


Esteban es un joven pobre que quiere casarse con Rosa, chica de familia acomodada. Para ello lo primero que tiene que conseguir es una buena suma de dinero para convertirse en marido ideal. Prueba con las minas, sueña con encontrar una veta de oro y cuando al fin lo logra la desgracia cae sobre sus sueños. Rosa es envenenada con una dosis destinada a su padre, que acababa de meterse en política. Esto hace a Severo abandonar su carrera a senador y limitarse a sus actividades. Esteban queda hundido y abandona el negocio de la mina para encargarse del negocio familiar, una gran hacienda llena de trabajadores a su cargo. Esteban actúa como dueño y señor de todos los que trabajan para él, disponiendo también de las mujeres a su antojo. Así se acuesta con Pancha cuando le viene en gana, hasta que ésta concibe un hijo del señor. También visita el prostíbulo y a Tránsito, a la que ayuda a montar un negocio por su cuenta, lejos de su madame. 

Por presión de su hermana Férula para que tenga descendencia, Esteban decide casarse y acude a la casa de Rosa a preguntar por alguna hija en edad de merecer. Allí está Clara, extraña chica que tiene poderes para percibir y predecir el futuro. Clara supo que su hermana Rosa moriría antes de que la tragedia pasara y desde entonces permanece en silencio. Solo vuelve a hablar para anunciar que se va a casar. 

Esteban está completamente encandilado con Clara, mujer fuerte y diferente a todas. Férula teme ser desplazada pero Clara, tremendamente generosa, la trata como a una hermana lo que hace que Férula perciba sentimientos no esperados hacia la mujer de su hermano. La desea, la cuida e intenta hacerse imprescindible, separarla de su marido. Esteban la encuentra una noche en la cama de su mujer y la echa para siempre de la finca. Férula maldecirá a su hermano, le anunciará que acabará encogiéndose, y se verá solo en su lecho de muerte.  

Mientras, Clara se ha quedado embarazada de una niña, Blanca, no siendo el ansiado heredero que Esteban reclamaba. Años después nacerán Jaime y Nicolas, niños revoltosos a los que su padre tampoco hace gran caso. Esteban sólo tiene ojos para su mujer. La vida marcha con cierto orden en la hacienda, Clara trabaja por los derechos de los niños y madres  de la finca, lo que Esteban toma como un capricho de su mujer. Un terremoto está a punto de acabar con la vida de Esteban, por suerte Clara sabe dónde ha caído sepultado su marido, sacándole y salvándole la vida. La madre de Pedro II García, uno de sus sirvientes, es curandera y chamana y sanará las heridas y huesos rotos del patrón. Ya antes esta misma mujer salvó su cosecha de las hormigas. 




Los niños van creciendo y Blanca se enamora de uno de los campesinos de la granja, Pedro III García, nieto de la chamana. Clara conoce toda la historia gracias a sus poderes y no lo desaprueba. Sin embargo cuando Esteban se entera entra en cólera, golpeando a su mujer. Clara abandona la casa con sus hijos y algunos dientes menos, prometiendo que nunca volverá a dirigir la palabra a su marido. Blanca está embarazada de Pedro III y es obligada a casarse con un francés que nunca llegará a consumar el matrimonio y desaparecerá un buen día. La niña Alba nacerá con el pelo verde, como su bisabuela. 

Esteban se siente muy solo y visita a su familia en la capital rogándoles que vuelvan, lo que harán pero Clara nunca romperá su promesa de no hablar más a su marido.

En la hacienda un nuevo personaje merodea alrededor de Esteban, su hijo ilegítimo concebido por Pancha en una violación. Su nombre es también Esteban. Es un hombre sin escrúpulos, lleno de odio contra toda la familia por ver usurpado su lugar, esperando el momento de su venganza.


Mientras, Jaime y Nicolás han seguido carreras bien distintas de las que su padre esperaba. Jaime se ha hecho médico y trabaja asistiendo a enfermos pobres en un hospital. Nicolás ha partido a oriente para aprender técnicas de meditación, con las que quiere enseñar a otros. La corriente comunista se va haciendo fuerte en el país, los años de opresión del caciquismo han hecho que el pueblo llano se rebele y pierda el miedo a las represalias. Esteban se ha convertido en senador conservador y cuenta con que nunca perderán pero un nuevo líder de izquierda llamado Salvador Allende se acerca más a la presidencia. Jaime es gran amigo suyo y confía en que pueda ganar esta vez. También Alba es ya una joven que va a la universidad y se une al bando revolucionario a través de su amado Miguel, un idealista luchador. 


Entre todos estos movimientos externos, Clara se va cada vez apagando más. El ser de luz que dio vida y sentido a todos ha decidido abandonar la suya, sin remedio, sin marcha atrás. Clara se irá dejando un gran vacío en todos, especialmente en Esteban. Pero seguirá recorriendo los pasillos de la casa, acompañando a cada uno de los suyos cuando lo necesiten.



Llegan las elecciones en 1970 y Salvador Allende es nombrado presidente. Lo que ocurre a partir de aquí es parte de la historia real y cruda. El país es manejado desde fuera para provocar el caos y hacer caer al gobierno, mensajes malintencionados, movimientos orquestados desde Estados Unidos, huelgas, desabastecimiento, inseguridad. El pueblo vive en condiciones infrahumanas. Todo acaba con el golpe de estado de las fuerzas armadas y militares. Esteban se alegra pensando que esto hará recobrar el gobierno a su bando pero los militares nunca llegan a soltar el poder. El golpe de estado, al contrario de lo que pensaba, solo le trae desgracias y desolación. Jaime estaba en la casa de la moneda con Allende y sale de allí horas antes de que le asesinen, pero es detenido, torturado y asesinado. Pedro III, campesino que ha luchado desde joven por los derechos de los trabajadores y sigue viéndose en secreto con su amada Blanca, está escondido en la casa de Esteban. Blanca  se lo confesará a su padre y éste les facilitará a ambos la salida del país. Nicolás se encuentra fuera del país y nunca volverá. 

Ahora están solos Esteban y su nieta Alba aunque esto durará poco tiempo. Los militares entran en la casa de Esteban y se llevarán a Alba a la que torturarán y violarán. El artífice de estos desmanes será un militar llamado Esteban, el hijo de Pacha e ilegítimo del abuelo de Alba. 


Esteban sufre por su nieta, está solo y desesperado, sin amigos no sabe a qué puerta acudir hasta que busca a Tránsito, la prostituta a la que ayudó en su juventud, y le pide que le ayude. Ésta a través de sus contactos consigue liberar a Alba. Esteban abandonará la vida acompañado por su nieta, una muerte tranquila y en compañía, no como Férula había anunciado. 

Alba está embarazada sin saber si el bebé de sus entrañas pertenece a su amado Miguel o a su violador Esteban. En su mirada atrás Alba reconoce que todo lo que ha pasado en su vida y en la de los que la preceden tiene un sentido, una explicación, cierra un círculo que quizá vuelva a repetirse en el futuro, pero es consciente de que todo ha encajado en su lugar. 

Alba, con su melena verde, nos ha acompañado desde el principio, nos ha contado toda la historia de su familia, como un ejercicio en que justifica lo ocurrido para cerrar heridas, da sentido a su existencia y al hecho de que esté viva. 

Esta extensa obra es contada con una gran delicadeza, haciendo que entendamos cada personaje, cada vida, como una evolución desde su pasado hasta el ser en que es han convertido.

Escenarios sencillos con paneles que se mueven y nos recrean cada uno de los lugares por los que va pasando la obra, actores totalmente transformados en sus personajes... todos los recursos a la disposición del público para hacernos vivir una experiencia maravillosa. Es una suerte poder disfrutar de esta obra.

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