domingo, 22 de enero de 2012

EN LA VIDA TODO ES VERDAD Y TODO MENTIRA

Nuevamente aparecemos por el Teatro Pavón a disfrutar del último estreno de la CNTC. Como casi siempre tenemos delante a un autor del Siglo de Oro para hacernos disfrutar de versos, acción, nobleza, honor, bufones, etc, es decir, todo lo típico de esa época y que a la vez encaja tanto con la nuestra.
El teatro está lleno, como siempre. Parece que el domingo por la tarde para muchos es un buen plan disfrutar de una obra.

Tan pronto como entramos observamos pequeñas diferencias respecto a otras veces que hemos estado aquí. El folleto ha cambiado, se ha hecho más rústico, y sencillo y es que el director de la CNTC ha cambiado. Con Eduardo Vasco disfrutamos de estupendas representaciones, en parte se deberían a grandes actores que le arropaban y en parte a su buen trabajo. Pero como todo tiene que renovarse, ahora tenemos a una nueva directora, Helena Pimenta. Y el primer cambio, aunque pequeño,  ya se deja ve en la maquetación de los folletos.  Pero venimos a ver la obra.

Todo suena bien, Ernesto Caballero, ya conocido porque dirigió obras con Eduardo Vasco, Calderón de la Barca, muchas veces visto, etc.

La obra parece más compleja que otras pasadas, escrita para mostrar la legitimidad del poder, y a su vez para explicar que para Calderón es más justo un culpable libre que un inocente  que debe de pagar por algo que no ha hecho, un debate típico en la época.

La explicación del folleto ayudará a la compresión de la obra, lo que no sabíamos es que esta ayuda iba a ser tan necesaria. La obra empieza con un rápido repaso a la situación hasta posicionarte en el momento en el que va a comenzar la acción. Para ello, algunos personajes aparecen y explican muy ligeramente qué hacen allí. Se necesita prestar mucha atención para no perderse, todo va rápido, y además no se entiende bien a los actores. Tristemente esto sucede durante toda la obra, los actores no tienen gran dicción (no todos pueden ser Daniel Albaladejo, está claro), y tampoco solucionan este problema hablando más claro o mirando al público. Perdemos parte del texto, y nos perdemos a veces. Pero éste no es el único problema, la obra veces se hace pesada, algunas partes se alargan mucho en el tiempo, la historia no cosigue captar del todo la atención, nos mareamos con tantos movimientos, entradas, salidas, cambios de vestuarios de un coro de actrices que no dejan claro si tienen algún significado o sólo innovar en una obra ya bastante buena y compleja con sólo el texto. Y cuando parece que la obra ya ha caído en bastantes esperpentos, llega el sueño, un embrujo del mago de la corte. Si esto dificultaba la historia, la cantidad de actores, coreografías sólo nos hacen perdernos, y la historia original queda escondida detrás de trajes de polo, sombreros de plumas…
La historia se acaba entendiendo gracias a lo leído antes de empezar, pero tanto artificio provoca que la atención puesta tenga que ser mucha más de la normal.

Y la historia. Focas asesinó a Mauricio, el rey de Constantinopla, por petición de Cinthia, la hija del mago Lisipo. Y una vez muerto el rey, se colocó en el trono y gobernó la tierra sin haberle sido otorgada legítimamente. Ahora vuelve, ya mayor, a una isla de su dominio donde vivió, para encontrar y acabar con el hijo del rey que asesinó, y del que ha sabido de su existencia hace poco. Livia gobierna esa isla bajo las ordenes de Focas y aunque es un tirano, debe de obedecerle.  El hijo de Mauricio es buscado en el monte, donde ha crecido protegido por el mago de Mauricio, que nunca se quiso doblegar ante Focas. Pero una sorpresa espera a todos, y es que son dos los muchachos criados por el mago, hijos de los dos enemigos, Focas y Mauricio. Él nunca dirá quién es cada uno, al no desvelar su identidad ambos estarán protegidos, y guardará este secreto hasta la tumba. Focas sufre la incapacidad de resolver el dilema, la duda siempre estará presente, no será capaz de matar a ninguno, por miedo de matar a su hijo. Pero maquina junto al mago Lisipo un embrujo que llevará a ambos hijos a actuar ante diferentes situaciones que ocurrirían en un futuro y así reconocer los actos de su sangre. Heráclito muestra su templanza, honradez y buen corazón, Leónido se comporta con fiereza, orgullo y prepotencia. Difícil decantarse por una actitud, por un hijo. Su decisión final es elegir como su sucesor a Leónido el fiero, además el mago refrenda su elección. El otro deberá morir, el noble, el que lo único que pidió es vivir como antes de saber su origen, en la selva junto a su tutor, lejos del poder. Por la intercesión de su compañero en la niñez, que ya se sabe sucesor, la vida le es perdonada. Pero tiempo después de su marcha al monte, es sacado de esa paz y retiro por su primo, sobrino del rey asesinado. Éste viene a luchar y recuperar su puesto, y al encontrar al auténtico sucesor, se unen en la lucha contra Focas y Leónido. Ambos sucesores y antiguos amigos se tienen que enfrentar pero de esa lucha debe de morir el único culpable, el padre, Focas. Y así Heráclito no mata a su “hermano”, sino al padre, causante de tanto dolor. Finalmente Heráclito es restituido en el trono y Leónido le jura lealtad, aceptando al digno heredero del reino.

Esta historia tan compleja no necesita de adornos que distraigan sino de grandes actores que muestren su genialidad. 

1 comentario:

  1. Buen resumen de la obra. Ahora me he terminado de enterar de lo que iba la trama...

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