La noche toledana suena a fiesta, diversión pero también a
contratiempos. Lo que está claro es que pasaremos la noche en vela. Aquí Lope
sacó a todos sus personajes a danzar y a meterse en enredos, en muchos casos no
muy caballerescos. Si sus obras suelen clasificarse por un malentendido que
provoca toda la trama, en ésta consiguió rizar el rizo al máximo.
Esta característica hace que la representación se vuelva muy
cercana y actual y que los actores se sientan cómodos en sus papeles. Para el
público el argumento y la interpretación quedan combinadas de forma entretenida
y muy convincente.
La historia se desarrolla en Toledo, como era de esperar. A
esta ciudad llegan personajes de diferentes lugares de la península. Florencio
y Beltrán partieron de Granada huyendo de un desengaño amoroso proferido por
Lisena al primero. Gerarda y Lucrecia dejaron Madrid escapando de viejos amores
y buscando nuevas diversiones. Los cuatro se encontrarán por las calles y al
amparo de una ciudad extraña decidirán pasar la noche juntos en la posada en la
que ellos se están hospedando. Para no levantar sospechas, dirán que son
hermanos y así tendrán vía libre hasta sus habitaciones. Pero a esta pensión ha
llegado Lisena tras los pasos de Florencio. Viene dispuesta a luchar por su
amor y demostrar la equivocación en la que él se encuentra. Para ello entra al
servicio de la señora que regenta la pensión con el nombre de Inés.
Lisena es tan bella que todos los hombres quedan prendados de ella al verla. Un capitán y un alférez que también se hospedan en el mismo lugar luchan por conseguirla, al pobre capitán le tiemblan las canillas cuando Lisena hace acto de presencia mientras que el alférez aprovecha para lanzar su conquista. Por si esto fuera poco, un par de señores algo atípicos vienen en busca de Gerarda y Lucrecia , que les dejaron plantados en Madrid. Por último un caballero aparece también en busca de Gerarda, pero cambia su objetivo al encontrar a Lisena.
Lisena es tan bella que todos los hombres quedan prendados de ella al verla. Un capitán y un alférez que también se hospedan en el mismo lugar luchan por conseguirla, al pobre capitán le tiemblan las canillas cuando Lisena hace acto de presencia mientras que el alférez aprovecha para lanzar su conquista. Por si esto fuera poco, un par de señores algo atípicos vienen en busca de Gerarda y Lucrecia , que les dejaron plantados en Madrid. Por último un caballero aparece también en busca de Gerarda, pero cambia su objetivo al encontrar a Lisena.
Con tantos personajes encerrados en una pensión y a la caza de su víctima, el lío está servido. Florencio y Lisena se encontrarán antes de que llegue la noche, se reconocerán, discutirán y Lisena trazará su plan de venganza y reconquista, que pondrá en funcionamiento pocas horas después.
Lisena convoca a todos sus pretendientes para que la busquen
de noche en el patio. En este trajín Gerarda, que se iba a encontrar con
Florencio, verá como uno de sus seguidores se halla también en la pensión y
pedirá a Inés (Lisena) ayuda. Inés encierra a las mujeres en la única habitaciones que queda libre, lejos de Florencio, todo parece favorecerla.
En este momento un griterío en la calle pone en alerta a los
jóvenes de Granada. Éstos huyeron de su ciudad para olvidar el desamor pero
también porque Florencio hirió en un duelo al supuesto amante de su querida.
Sabe que le buscan y suplica a la dueña de la pensión que le esconda esa noche.
Ésta acepta y les encierra en la habitación que se encontraba supuestamente
vacía, ante los ojos estupefactos de Inés. Nunca pensó que pudiera poner tan en bandeja la situación a Florencio. Así que sin dudarlo un momento busca al
capitán y le dice que si echa abajo la puerta de la maldita habitación pasará
la noche con él. Los golpes y gritos del capitán hacen que los jóvenes amantes huyan por la ventana
y escapen por los tejados. Cuando entran a la dependencia no hay rastro de los
hombres, solo encuentran a dos mujeres asustadas. Inés se deshace del capitán e indica a las
mujeres que las sacará de allí y llevará nuevamente con sus gallardos mozos.
Mientras, el alguacil ha divisado dos hombres escapando por
los tejados y da por hecho que son los ladrones que vienen huyendo de Jaén.
Consiguen detenerlos pero finalmente estos escapan y vuelven nuevamente a la posada en busca
de su escondite.
La pensión es un hervidero a las ordenes de Inés. Unos
corren, otros se esconden, los últimos son perseguidos. Ésta convence a cada
uno para meterse en su dependencia asegurando que la mujer que pretende, en
muchos casos ella, llegará en poco. Los últimos en llegar son Florencio y
Beltrán, que siguen el mismo camino que el resto. De repente la calma se
impone, pero calma tensa. El alguacil irrumpe en la pensión buscando a los ladrones
y exige a la dueña que todos los hospedados salgan de las habitaciones. Capitán
y alférez se encontraban juntos en una, el perseguidor de Gerarda y ésta en
otra, un trío formado por una criada y dos señores desvergonzados en una
tercera, y así hasta la última, donde
Florencio y Lisena compartían habitación. Pero ni rastro del ladrón buscado. Así
que el alguacil pide explicaciones por tanto lío, pero todos callan y sonríen
mostrando su contento con la pareja adjudicada. Los más felices son los jóvenes de Granada, cuyo amor ha superado cualquier malentendido. Bueno, ellos y
una dulce pareja de criados que desde el primer momento se manifestaron su amor
y nunca faltaron a él. Curioso este giro en Lope, en que los sentimientos más nobles son adjudicados a los lacayos.
La obra es muy divertida y no sólo por el texto. Los actores
consiguen exagerar sus personajes en su justa medida, gesticular, gritar y representar
con todos los medios que su cuerpo les permite.
El escenario ayuda a la buena representación por su sencillez y
versatilidad. Seis puertas móviles simulan las habitaciones, patio,
dependencias y calles y tejados de Toledo. Éste es de los mejores ejemplos del
buen trabajo de la CNTC.
También es muy esperanzador ver cómo nuevos actores viven
con tanta ilusión el teatro, a pesar de que cada vez los pronósticos son más
agoreros.
Sobre lo que comentas al principio: la CNTC siempre representa obras clásicas, ¿no?
ResponderEliminarBueno, vaya follón que ha montado Lope. Cuesta un poco seguirle el paso por lo enrevesado del argumento. Es una de esas obras que es preciso ver en vivo para entender. Como dices, creo que uno de los éxitos es el escenario, que siempre apoya a la representación en las obras de la CNTC.
Me resulta también interesante que sean los criados los más nobles. Eres muy perceptiva al darte cuenta de ese detalle.
Posdata: He corregido el enlace a youtube
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