Compartimos unas horas con dos inmigrantes, dos emigrados de su tierra que podrían ser parecidos pero que, al contrario, tiene orígenes y vidas muy diferentes. Y esas grandes diferentes les hace a veces no entenderse, discutir, juzgarse y criticarse, y de todo ello somos testigos.
Comparten una casa que más bien se diría que es un cuchitril, un sótano lleno de humedades y tuberías que suenan, allí más bien viven las vidas de sus vecinos y sobreviven a las suyas.
Ambos abandonaron su país, de uno se conoce el motivo, dejó a su familia para conseguir dinero en un lugar mejor con un trabajo mejor. Y allí se deja la vida en la construcción sufriendo enfermedades y sin gastar nada, ¿para qué? Sueña con un futuro en su tierra que nunca llegará.
El otro es un hombre culto que abandonó su país y su buena vida allí por la falta de libertad. Quería dejar de ser esclavo en su tierra, un mono enjaulado. Huyó para ser libre y poder explicar su rabia y la situación que se vivía en su país. Pero una vez superado, una vez fuera de la jaula, también se fue su motivación para escribir y luchar.
Sus vidas se cruzan en ese sótano húmedo, el inframundo. Y allí charlan de ellos, mezclan historias banales con la profundidad de la vida. La simpleza del obrero, su esclavitud por el dinero y por ser alguien y volver a su tierra con regalos para todos, y construirse la mejor casa del pueblo, exaspera al hombre culto, que quiere conseguir un compromiso, una meta superior para él, una reivindicación contra el sistema, la libertad! Pero él tiene también mucho de lo que arrepentirse, perdió la furia por luchar y ahora sólo ve en su compañero su misión en la vida. Porque él no dejó a nadie, no tiene ningún objetivo, no sabe hacia dónde va y ahora no tiene un sitio que sienta como suyo y al que quiera volver.
Los regímenes, las dictaduras, el dinero, todo nos esclaviza, nos hace aceptar un régimen que nos oprime, no nos representa y nos hace infelices, somos nosotros los que no debemos aceptarlo. La liberación no viene con la riqueza, es una nueva forma de opresión.
Los actores son geniales, es complicado representar una obra larga y densa en una habitación como único escenario y sin saltos en el tiempo, y conseguir transmitir a la vez tantos sentimientos, tensión, lástima, comprensión. Es ese tipo de obras complejas, con muchos mensajes, que necesitan toda la atención durante la obra, y una dura reflexión después.
Pues ha tenido que ser muy interesante para que sólo dos actores hayan llenado un escenario como ese. El tema es muy interesante, eso sí, aunque por lo que leo, algo sesgado en cuanto a que las opiniones son típicas. Las cosas no suelen ser blancas ni negras, y seguro que se podrìa argumentar también que la vida en el extranjero aporta alguna ventaja (fuera del sótano maloliento, que anda que no lo han ido a poner chungo).
ResponderEliminarAdemás, la frase "La liberación no viene con la riqueza, es una nueva forma de opresión" no me convence. Pero me ha gustado la crítica y me ha hecho imaginarme la obra; creo que a tí te ha gustado.